Opinión

¡RESPETO! LA PRENSA NO SE TOCA. Palabras Libres.

Por: Ara Morales

En la presentación de las acciones del área de Paz y Justicia realizadas durante esta semana, encabezada por el alcalde de Celaya, los medios de comunicación que atienden la fuente de presidencia, decidieron en el curso de la conferencia, salirse en forma de protesta por el trato injurioso al que son sometidos por un prestador de servicios del municipio.

Los comunicadores de diferentes medios informativos, en su momento, denunciaron que en medio de las conferencias cuando las preguntas son incomodas, Pablo Mendoza, quien se asume como creador de contenido en la fanpage, Celaya 180 grados, interviene con elogios a la administración municipal, y con descalificaciones e insultos a las y los reporteros para librar al alcalde del apuro.

Para ubicar el personaje del conflicto, en su página Celaya 180 grados, del 25 de febrero, manifiesta que es “chilango” y que llegó a Celaya hace once años, y como es de izquierda, y nadie le daba trabajo, por ello decidió hacer su página para “mostrar lo mejor de Celaya”. Igualmente manifiesta que no es periodista, ni pretende serlo… se declara un creador de contenido. Dice que no se mantiene por subsidio, ni por dádivas…

Bien, las y los periodistas, al regresar a la conferencia de prensa, denuncian que se les impidió la entrada por ordenes del director de Fiscalización, Eduardo, de apellido, Gris. Pero que, al término de la conferencia, los periodistas interpelaron al alcalde, y le expresaron su inconformidad, porque “toda la semana han recibido insultos, bajezas y palabras que desprecian su trabajo”, le externaron que son prensa desde hace muchos años, y que “personas con apoyos de los funcionarios tratan de sobajar su trabajo”. El alcalde les manifestó que hablaría con “esas personas”, y que no necesitaban que alguien los defendiera.

Mas tarde en la sesión de Cabildo del Ayuntamiento, la regidora Isabel Herrejón, realizó un pronunciamiento a favor de las y los reporteros y medios de comunicación, haciendo hincapié en el marco legal de los derechos humanos, y señalo que esos eventos representaban “un gravísimo atentando contra la libertad de expresión, la libertad de prensa y el libre acceso de la sociedad celayense a enterarse de las acciones del gobierno municipal”.

En uso de la palabra, y en respuesta a la regidora, quien es parte honorable de ese cuerpo colegiado, el alcalde Juan Miguel Ramírez, inicio su intervención con la frase: “Así se hacen los chismes”, sobra decir que la frase está cargada de violencia simbólica de género, porque contribuye sutilmente a la construcción de patrones de valoración o conducta que legitiman la desigualdad.

Esa frase fue el marco para divagar sin conocimiento del derecho a la información, a la libertad de prensa, y la libertad de expresión. Y volvió a violentar a los comunicadores, al decir “que a los reporteros y periodistas se les dan recursos económicos para que también puedan sobrevivir”. Su profundo desconocimiento, le impide entender que, en primer lugar, él es un servidor público, y que el servicio que presta a la ciudad, debe ser conocido por quien le paga, es decir, el pueblo. Pero lo más importante, es que está obligado a difundir su quehacer a través de todos lo medios posibles, para garantizar la transparencia, y el uso razonable, eficaz y eficiente de los recursos públicos que administra.

Se le olvida al alcalde que él, no DA recursos (“dar”, conjunción que se entiende como regalar, gratificar, donar), pues no es su dinero, los medios de comunicación reciben una contraprestación en dinero por publicidad del Ayuntamiento, y está convenida mediante documentos oficiales. Pretender sesgar y condicionar la contraprestación a un servilismo mediático es indigno.

El sentido de la oración que “les dan para que puedan sobrevivir”, es ofensiva, porque se infiere que al no darles no sobrevivirían, lo cual, es un insulto al oficio mas noble que han realizado los grandes de la literatura como Gabriel García Márquez, o todos aquellos que han puesto por delante su vida para que una noticia o información oportuna pueda salvar comunidades o países completos. Ser periodista es una vocación, no accidente político.

Celaya, es un remolino de violencia, y el señalamiento de los comunicadores a funcionarios que protegen a Pablo Mendoza es grave, porque su presencia en las conferencias de prensa, como él mismo lo señala, no son imparciales, y están encaminadas a defender por convicción, su simpatía con esta administración.

Destaco la gravedad de la intervención de los funcionarios, porque empoderan no a una persona, sino el atropello a la libertad de prensa, el derecho a la información y ponen en riesgo la integridad de los comunicadores. El alcalde mencionó en la sesión plenaria que, dio instrucciones para que les abrieran la puerta a los periodistas, pero no le obedecieron, de ese tamaño es el poder de sus funcionarios.

Está claro que, si el alcalde quiere tener en el equipo de comunicación, que dirige Edgardo Álvarez Rueda, a Pablo Noel Mendoza Varela, debería de contratarlo como empleado, tal como lo hizo con parte de su equipo que labora en el DIF. De esta manera, tendría un excelente y fiel colaborador en la ayudantía, de algún modo sus pretensiones económicas no son de altos vuelos, tal como lo señala en sus propuestas de colaboración en las distintas “H. Direcciones municipales”, solo por 18 mil pesos mensuales.

Si lo que pretenden es tener a la mano un reventador de la libertad de prensa, pueden dejarlo, o quitarlo, pues al parecer él, sí “sobrevivirá” porque sus franquicias en Guanajuato, Puebla, Ixtapa, Veracruz, Querétaro, Cortázar, Salamanca, Villagrán, Guanajuato, no se comparan en seguidores, y seguramente en ingresos con Celaya.

Ahora, si la idea es que siga intimidando a las y los periodistas con sus desplantes y frases como: “morbo mediáticos”, “miopes mediáticos”, “cuenta chiles”, y otras de menor calado como envidiosos, frustrados, hakeadores, berrinchudos que externa en su video de este 11 de abril, creo que están tolerando un atropello más, violando el principio de legalidad.

De cierto, las violaciones reiteradas a la Constitución, son un requisito para solicitar la revocación de mandato. Hay tiempo.

AL FINAL.

Desde las comunidades, y otros municipios cercanos, reportan el regreso de los usos y costumbres, traen invitados especiales para escuchar al alcalde Ramírez en su sexto y agónico mes de gobierno. ¿A quién van engañar?