Opinión

LA IMPORTANCIA DE LA IDENTIDAD EN EL LIDERAZGO, Por Gabriel Castillo Chàvarri

El Conferencista de la Juventud y de las Personas Con Discapacidad.
www.gabrielcastillo.com

Para el blog de palabra y pensamiento sobre ruedas del día de hoy 13 de Enero 2017.

Por Gabriel Castillo Chàvarri

 

LA IMPORTANCIA DE LA IDENTIDAD EN EL LIDERAZGO

El liderazgo es un tema que con el correr de los años se ha transformado en un punto clave para cualquier organización, institución e incluso un país. Sin embargo, la idea tradicional del líder que todo lo sabe y todo lo puede se ha hecho añicos frente a la velocidad de los cambios actuales y del cambio de paradigma frente a la manera en como escuchamos, observamos y hablamos.

Las crisis de las estructuras y formas de pensar tradicionales, globalización de mercados y culturas, tecnologías novedosas, la necesidad de anticiparse a los hechos… estos son algunos desafíos a los que se ven enfrentados los responsables de la conducción en las organizaciones de hoy.

Las personas llevan a sus grupos laborales no solo su talento, experiencia y formación sino también sus limitaciones, entendiendo como tales esa forma de ser, creencias, conductas que funcionan en automático y limitan nuestra capacidad de escuchar efectivamente, observar, hablar y de accionar en consecuencia.

Estas creencias y conductas conforman a través del tiempo, un sistema que nos hace observar la realidad de una manera determinada y rígida y nos hace caer en el autoritarismo. Nos permite ver ciertas opciones pero también tiene el poder de cegarnos a nuevas posibilidades, como así también a la creación de un nuevo futuro que no sea más de lo mismo.

Su capacidad de limitarnos es peligrosa, ya que suele transformarse en la única verdad existente para nosotros. Por lo general, no somos conscientes de que las mismas ideas que defendemos pueden ser la causa de que no alcancemos los resultados que declaramos o deseamos.

Por otra parte, escuchamos palabras y frases como visión, escuchar efectivo, cultura organizacional, responsabilidad y compromiso de los miembros de un equipo, cambio paradigmático cultural, alineación y otros.

Frente a esto tenemos que tener claro la importancia de reconocer la identidad y el estilo de prácticas en el liderazgo y que en consecuencia poseen las organizaciones y instituciones de nuestro país. Desde lugares muy diferentes escuchamos que carecemos de líderes competentes que puedan dar soluciones a diferentes prácticas que amenazan nuestras vidas, en la integridad, confianza, seguridad, principios y valores.

Esta manera de ser en el liderazgo en vez aunarnos nos divide en la resignación de no poder transformar lo que nos limita la posibilidad de generan una diferencia en su conjunto. Como dice Rafael Echeverría, autor del libro La Ontología del Lenguaje: “Uno de los grandes méritos de las prácticas democráticas reside en el hecho de que se fundan en el principio de la diferencia, la legitimidad y la autonomía del otro (sin importar cómo éste sea). Esto hace que una de las claves del éxito político sea la capacidad de escuchar de manera efectiva. Asimismo, las prácticas propias de mercados abiertos y competitivos, más allá de sus limitaciones, también colocan a la competencia del escuchar efectivo como condición del éxito”.

Por otro lado hay un liderazgo emprendedor y una cultura emprendedora en nuestro país que trabajan activamente en la transformación de las prácticas del liderazgo, generan una nueva interpretación, declaran la posibilidad de un futuro diferente y son capaces de generar confianza con otros.

Poseen la habilidad de escuchar para la posibilidad de lo que podemos crear en conjunto a pesar de los diferentes puntos de vistas. Son flexibles en la manera de escuchar, interpretar y observar el mundo y sus nuevas posibilidades. Esto requiere de aprender a escuchar con generosidad a los otros y estar abiertos a la posibilidad de poder crear y hacer cosas en conjunto por un bien en común.

El líder emprendedor se involucra en las prácticas cotidianas y transforma el espacio compartido y su contexto. También escuchamos que los líderes emprendedores de nuestro país son destacados mundialmente por su capacidad de innovación y de transformar las anomalías en un nuevo producto o servicio que beneficien las prácticas del cliente y de toda la sociedad.

Una nota reciente en el diario el Clarín señala: “La sorpresa la dan nuestros emprendedores calificados como los más creativos y exitosos. En un ranking que se difundió en Harvard sobre 15 países para hacer negocios Argentina quedó en el puesto 14, por las trabas. Pero se sitúa en la cumbre del ranking que mide el ingenio y la flexibilidad de sus entrepreneurs”.

El centrarnos en la identidad, liderazgo y confianza nos dará una nueva alternativa para reflexionar sobre nuestra manera de ser y hacer con respecto a la identidad en nuestro liderazgo.

Como dice José Ortega y Gasset: “La vida es una serie de colisiones con el futuro; no es la suma de lo que hemos sido, sino de lo que anhelamos ser”.

Las preguntas básicas que se hacen los líderes son ¿Quiénes somos? ¿Quiénes queremos ser en un mundo que cambia? ¿Qué necesitamos para convertirnos en lo que queremos ser? ¿Qué nos falta para lo lograrlo? Sin hacernos estas preguntas sobre el fenómeno del liderazgo no pueden surgir nuevas alternativas de cambio. Las grandes transformaciones no son económicas y si fenómenos sociales. Ser en la autenticidad y tomar conciencia de nuestro poder de elección no está en nuestras circunstancias y sí en los mundos que queremos reinventar.

“Un líder es alguien que hace ciertas ofertas, declaraciones, pedidos y promesas”. Los líderes hablan y escuchan a las personas que guían, es en su escuchar y hablar que se produce el fenómeno del liderazgo. Nuestro desafío individual y colectivo es aprender a valorar la diversidad de nuestros diferentes puntos de vista mientras que al mismo tiempo debemos aprender a escuchar efectivamente y a desarrollar prácticas rigurosas en la comunicación y en la coordinación de la acción colectiva dadas nuestras diferencias.

Aprender a hacer acuerdos con condiciones de satisfacciones mutuas, que incrementen nuestra capacidad de generar confianza.

Aprender a alinearnos en función de los compromisos mutuos y respetar nuestra palabra empeñada.

Como dice el escritor, Anatole France: “La utopía es el principio de todo progreso y el diseño de un futuro mejor”.

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