Opinión

¡VIVAS NOS QUEREMOS! PALABRAS LIBRES

Por: Ara Morales

En 1978 la artista y crítica de arte feminista Mónica Mayer llevó a cabo su obra conceptual “Salón 77-18: nuevas tendencias”, era un tendedero de 2 por 3 metros, donde Mayer les pidió a las mujeres de diferentes edades y profesiones que respondieran a una pregunta: ¿Como mujer, que es lo que más detesto de la ciudad? La respuesta fue abrumadora, rápidamente llenaron el tendedero, fue el primero y se le conoce con el nombre de “artivismo”, es decir, “una pieza de denuncia en la que claramente lo personal se vuelve político”.

 

La asociación feminista “Colectiva Violetas”, de la Facultad de Estudios Superiores Aragón, colocó en 2018 el primer tendedero de denuncias por acoso, hostigamiento y abuso sexual en una universidad, y fue noticia nacional. Debemos entender que la violencia hacia las mujeres que se vive en las universidades, es un reflejo de la violencia de género que se vive en el país: una violencia tan extrema que puede llevar al feminicidio

En diferentes universidades de Celaya, el 8 marzo del 2023, Día de la Mujer, mujeres estudiantes, colocaron tendederos de denuncias en los que señalaron por acoso, hostigamiento y abuso sexual, a profesores, alumnos, entrenadores, administrativos y directivos, y las reacciones en contra de parte las personas señaladas en los tendederos de denuncias, no se hicieron esperar.

Estos señalamientos públicos son el resultado de la injusticia, amenazas veladas y sanciones, enmarcados en violencia de género que sufren las y los estudiantes que se atreven a levantar la voz contra sus agresores, así como de la ineficacia de las autoridades educativas de todos los niveles de gobierno, para garantizar, a los y las estudiantes, una vida de formación académica libre de violencia en las instituciones educativas tanto públicas como privadas.

Durante mucho tiempo se idealizaron a las universidades como espacios libres de violencia y progresistas, sus lemas institucionales cautivaban a los y a las estudiantes, por ejemplo, UNAM “por mi raza hablará el espíritu”; ITCelaya, “La técnica por un México mejor”; UPN, “Educar para Transformar”; Tec de Roque, “En el campo está la supervivencia, y en tus manos, la solución”.

Recordemos que en 1854 el Presidente Benito Juárez otorgó el permiso para que las mujeres pudieran estudiar, actualmente en algunas universidades la matrícula de mujeres supera a de los hombres, un ejemplo claro es la Universidad Pedagógica Nacional, donde su matrícula es 80% femenina.

Desde hace decenas de años, las estudiantes habían guardado silencio para no ver interrumpido su proyecto de formación académica, algunas sin embargo fueron expulsadas, señaladas y fichadas en el sistema educativo porque denunciaron a sus agresores.  Sin embargo, las instituciones educativas de todos los niveles en México han demostrado estar involucradas en un ciclo de normalización de la violencia, especialmente la dirigida hacia las mujeres por su género: “Vivir la violencia en la sociedad te hace normalizarla en la escuela y vivirla en la escuela te hace normalizarla en la sociedad”, explica la investigadora González Magaña.

Al finalizar la marcha, con un número final de 7 mil mujeres participantes, se levantaron los tendederos de denuncias en el quiosco del jardín municipal, con las palabras que se encuentran en las pancartas se llenarían muchas páginas de la infamia que se vive a diario en diversas instituciones, pero solo basta citar una sola palabra, para darnos cuenta de que Celaya necesita algo más que botes de pintura.

Le transcribo las referencias de la sordidez inocultable, que decenas de mujeres dejaron de su puño y letra: “Feminicida, Universidad de Guanajuato, EXA FM, acosador, pervertido, Cbtis 198, abuso sexual, director, trabajo, ITCelaya, maestro, Instituto Chaurand, Escuela Francisco Villa, docente, Liga Municipal, alumnas, Director de Desarrollo Urbano, CMQ, machista, Uber,Facebook, Marista, difundir fotos íntimas, Patio Madero, fisioterapeuta, manipulador, Iglesia, noviazgo, SIDEC, misógino, agresor, Hospital Materno Celaya, violador, chantaje, taxi verde, Instituto Magno, aborto, IMSS, mentiroso, Bomberos, Cruz Roja, jefe, funcionario público, Cecyte, ministro,   Prepa Oficial, desaparecida, denuncia, amenazas, propia familia, UDL, golpes, pedófilo, No es No, daño psicológico, engaños, Clínica Aguilar, intento de violación, Prepa Tec Celaya, Tecnológico de Monterrey, deudor alimenticio, ITRoque, golpeador, empleadas, UPN Celaya, suicidio, primo, militares,  Colegio Arturo Rosenblueth, …”

¿Por qué las mujeres deben recurrir a un tendedero de denuncias? Es sencillo, la familia, las autoridades educativas, académicas, médicas, laborales, de las iglesias, del gobierno o deportivas niegan y rechazan las denuncias para ocultar su vileza, y sus delitos. Por ello, los agresores confían en que sus acciones nunca saldrán a la luz. Sin embargo, ahora las marchas, la unión, los tendederos y el anonimato juegan un papel de defensa, al amparo de LEY GENERAL DE ACCESO DE LAS MUJERES A UNA VIDA LIBRE DE VIOLENCIA.

Estas acciones de reivindicación y exigencia de justicia social, han presionado para que los perpetradores de acoso laboral, docente, familiar, y aquellos que han violentado física, sexual, psicológica y emocionalmente a las mujeres literalmente huyan, renuncien a sus trabajos, soliciten licencia, cambio de residencia o tramiten su jubilación, pero eso no es suficiente, debe generarse un seguimiento judicial, y una observancia o vigilancia de su conducta en cualquier lugar en que se encuentren. Deben generarse alertas de género informales, y formales para evitar que los agresores sigan arruinando la vida y el futuro de decenas de miles de mujeres y niñas.

En Celaya, todas las instituciones deben atender las denuncias o quejas con perspectiva de género, que de acuerdo a  La Ley General para la Igualdad entre Mujeres y Hombres, en su artículo 5º, fracción VI define la perspectiva de género como: “la metodología y los mecanismos que permiten identificar, cuestionar y valorar la discriminación, desigualdad y exclusión de las mujeres… con base en las diferencias biológicas entre mujeres y hombres, así como las acciones que deben emprenderse para actuar sobre los factores de género y crear las condiciones de cambio que permitan avanzar en la construcción de la igualdad de género.”

Igualmente, deben generarse de manera cooperativa campañas de información y difusión en todos los centros educativos, y laborales para frenar el acoso y la violencia, y exigir que la LEY GENERAL DE ACCESO DE LAS MUJERES A UNA VIDA LIBRE DE VIOLENCIA, sea un documento de libre circulación y consulta, además de contar con personal especializado para asesoría y apoyo legal.

Toda mujer debe saber y exigir que la mencionada Ley se cumpla, que los tres órdenes de gobierno deben combatir el hostigamiento y el acoso sexual, mediante “mecanismos que favorezcan su erradicación en escuelas y centros laborales privados o públicos, mediante acuerdos y convenios con instituciones escolares, empresas y sindicatos”.

Que deben “crear procedimientos administrativos claros y precisos en las escuelas y los centros laborales, para sancionar estos ilícitos e inhibir su comisión”; que, “en ningún caso se hará público el nombre de la víctima para evitar algún tipo de revictimización o que sea boletinada o presionada para abandonar la escuela o trabajo”; que “deberán sumarse las quejas anteriores que sean sobre el mismo hostigador o acosador, guardando públicamente el anonimato de la o las quejosas”; que deben, “proporcionar atención psicológica y legal, especializada y gratuita a quien sea víctima de hostigamiento o acoso sexual”, e “Implementar sanciones administrativas para los superiores jerárquicos del hostigador o acosador cuando sean omisos en recibir y/o dar curso a una queja”. De la protesta, y los tendederos se debe pasar a la organización de Comités feministas para la acción legal.

En la UPN, Universidad Pedagógica Nacional de Celaya, un grupo de alumnas se han organizado y han denunciado públicamente el acoso docente, por exigir mejores condiciones de estudio. Un día antes de la gran marcha feminista, 6 mujeres desaparecieron el mismo día y en la misma zona, días después otras 2 más no se localizan. Las mujeres que marchamos el pasado 8 de marzo, tenemos que ir más allá de la consigna, el papel y el grito, hoy es el momento, de extender nuestro apoyo y solidaridad, tenemos que hacerlo, “por las que no están, por las que nos faltan, o por nosotras”.

 

 

 

AL FINAL.

Una farsa, comedia y enredo hizo el gobierno municipal con el 8 de marzo, fiestas, celebraciones, carreras, mentorías, y espectáculos, mientras los tendederos de denuncias de acoso, abuso sexual, hostigamiento y amenazas hacia las mujeres reventaban por el peso de la infamia. En Celaya matan y desaparecen a las mujeres, las acosan y las violentan, no hay pintura bonita, no hay decencia que lo oculte.