Opinión

LOBO REVOLCADO, O CONSEJO MUNICIPAL. Doble o Nada

Por José Luis Ramírez

La campaña electoral por la presidencia municipal, ya comenzó, el campanazo fue el destape del actual director estatal de desarrollo social, Jesús Oviedo como probable candidato a gobernador. A un año de comenzar formalmente las designaciones, no hay mucho de donde escoger, es Pan o Morena, los demás, son patéticas comparsas, utilería electoral.

Como usted lo sabe, el camino electoral está sembrado y abonado con dinero, la voluntad popular es una rebanada, las otras son construidas con dinero, en especie o en efectivo. Es una realidad difícil de aceptar, pero así es. La voluntad del pueblo, como ejercicio genuino de elección, es marginal y se ensancha a cuentagotas. Hoy se enfrentan, no dos partidos como tal, sino dos fuerzas que se alimentan desde las acciones gubernamentales para garantizar el voto a su favor. La máxima filosófica de nuestros días sería, “Se mochan, luego existen”.

Y si hay alguien que lleva la delantera, es el gobierno del ciudadano López Obrador, quien hoy por hoy, capitaliza las simpatías de un amplio electorado, a pesar de la labor canibalesca que ejercitan a diario los representantes de su partido en el estado de Guanajuato. Para avanzar, AMLO no los necesita, para retroceder menos, aunque ellos se afanen en ser un lastre al amparo, irónicamente, del trabajo político, del líder real de la 4T. Algunos dirían que es válido, dado su apostolado morenista en redes sociales, pero no olvidemos el discurso del 28 de agosto del 2019 en palacio nacional.

El horizonte electoral en Celaya es muy perturbador, el Pan está en bancarrota. Las sumas ya no le alcanzan, su techo electoral de 64 mil votos de la pasada elección, con la aportación de un 40% por de los “independientes”, va todos los días en picada. El gobierno del ciudadano Mendoza Márquez es el peor calificado en el Estado y en el país; en menos de un año, rebasó las calificaciones que gradualmente fue teniendo la expresidente municipal, Elvira Paniagua.

La gran ironía del derrumbe del Pan hace tres años, y del gobierno encabezado por la ciudadana Paniagua, es que los beneficiarios son Javier Mendoza, e Ismael Pérez Ordaz, quienes hoy gobiernan el municipio, pero con peores resultados. Están perdidos, las dos fuerzas que se reunieron hace un año para ganar, hoy son una suma de flaquezas progresivas. Hoy intentan recoger y pegar los platos que ellos rompieron.

El truco de los “empresarios” para no perder, lo podrían repetir, no les importa que sea el Pan, los independientes, o Morena, no les importa el vehículo para continuar gozando de los privilegios de la administración pública. Es más, están en condiciones de repartir sus inversiones en tres o más canastas, por eso, no es una celebración que pierda el Pan, o que gane Morena, o que resuciten los independientes, sino la preocupación es que sigan destruyendo a la ciudad.

Debo decirle, que a Mendoza Márquez le fue ofrecida la candidatura de Morena, una y otra vez, y de cierto, hubiera ganado sin mayor problema, como lo hizo como candidato del Pan, pero eso no hubiera cambiado la conducta que observamos ahora, sería lo mismo con diferente marca política.

La lección que aún no se aprende, es que la marca política no define al candidato, sino el candidato define la marca en el ejercicio del gobierno. Para la siguiente elección, el Pan tendría que presentar un candidato irreprochable, con más virtudes que la miel, pero no existe, sus talacheros no dan la talla, son demasiado rupestres. Si fueran buenos, estarían en estos momentos, como lo refiere la sabiduría del preclásico temprano, “sacando el buey de la barranca”, pero no hay talento ni talante.

Cada día que pasa, la marca Pan pierde votos, y la marca Mendoza Márquez igual. El cielo conspira contra ellos, al punto que ninguna encuesta se atrevería a no reflejar una percepción que hoy es regla. Le doy la última de Arias Consultores del mes de junio, en el marco de las 100 ciudades más importantes del país, la de Masive Caller, Demoscopia, Rubrum ya las he mencionado, y van en el mismo sentido: en aprobación ciudadana ocupa el lugar 97; seguridad, lugar 97; credibilidad, 96; desempeño, lugar 97, y para cerrar con broche de plomo, es el peor calificado de los 32 alcaldes del pan, de los principales municipios que gobierna.

Al ciudadano Mendoza Márquez, en las ultimas encuestas solo 2 de cada 100 celayenses, lo ven “con ojos de compasión” como diría mi abuela que sabía de caridad y compasión, obvio no conocía al ciudadano Mendoza Márquez, el aludido es una piedra cayendo en un pozo. Es insalvable, e insostenible; su gobierno no camina, tropieza; la ambición y la soberbia los cegó, a él y al club de sus promotor Ismael Perez.

Algunos ingenuos ya están frotándose las manos, pero el problema a estas alturas del Culiacán, no es del Pan, ni de Mendoza, ni del Ayuntamiento, ni de los directores, es de nosotros los ciudadanos que estamos atrapados a dos fuegos, el de la violencia y el abandono. Podemos esperar dos años más para que este Ayuntamiento se vaya por el lugar de donde provino, o ya les damos las gracias, y acortamos el tiempo del dilema.

Pero ¿Quién podría gobernar Celaya? En este contexto estatal, que canta la misma grave tonada, creo que no se puede pensar en una persona sino en varias, y la figura de un Concejo Municipal como la establece la Ley Orgánica Municipal, no sería mala idea para nadie, habría tiempo para poner el piso parejo para los próximos competidores, y los lastres no los cargarían los partidos políticos, sería un alivio para Celaya.

Por ahora, si de algo sirve el dato, la aprobación en Celaya del ciudadano presidente López Obrador es de 47.7%; si en este momento hubiera elecciones, ese porcentaje sería suficiente para un triunfo arrollador del candidato a presidente municipal de Morena, aunque fuera tan impresentable como el de la elección pasada. Aquí la marca, cobija al candidato, pero por el oscuro pasado de los morenistas estatales, incluyendo a sus regidores actuales, no es nada difícil, que la candidatura ya le tenga reservada, la mano que mece la cuna en la ciudad, Ismael Pérez Ordaz, pues su inversión siempre la recupera al triple.

Así que, las ilusiones, que por cierto son prestadas, de gobernar Celaya por los morenistas locales, simplemente son eso, una ilusión que puede ser borrada por otra negociación conveniente para la elite estatal. El club de los “empresarios”, ante este futuro tan desalentador, seguramente ya preparan el abordaje a otras embarcaciones, para llegar a buen puerto en el 2024.

Dicen que esquilmados los borregos, confundirán al lobo, aunque sea el mismo, o lo mismo. La verdad, como lo señala la 4ta. ley de la termodinámica electoral, no peca ni incomoda, solo se transforma cuando es ignorada. ¡Salve, Cesar, los que van a votar te saludan!

Revolcadero.

Artículo 123, LOM. Para ser titular de la administración pública municipal, se requiere… “preferentemente ser habitante del municipio, de reconocida honorabilidad…”. Servicios Municipales que dirige Ivone Torres Moreno, la da una manita a la calificación de desempeño del Ciudadano Presidente, su director del Rastro municipal vive en San Miguel de Allende, y se transporta todos los días en un vehículo municipal sin rotular, que fue robado a las puertas de su casa. Se recuperó en Querétaro. Hay otros directores que gozan del mismo trato: Parques y Jardines, Aseo Público, Alumbrado Público, y Panteones, también viven en otros municipios y hacen lo mismo. ¡GABINETAZO!