
Por: José Luis Ramírez.
“Habrá un gobierno, dijo el primer ciego, No lo creo, pero, en caso de que lo haya, será un gobierno de ciegos gobernando a ciegos, es decir, la nada pretendiendo organizar la nada”. Esto escribía José Saramago, en Ensayo sobre la Ceguera. Me pregunto ¿Tiene sentido un gobierno ciego? ¿Cabe en la lógica un gobierno que solo mira hacia adentro de sus propios intereses? ¿Los hay?
Hace unos días Arias Consultores presentó los resultados de su más reciente encuesta sobre la evaluación de 100 alcaldes y alcaldesas del país, además de la aprobación de la presidente de la República, Claudia Sheinbaum, en cada uno de estos municipios. El estudio fue realizado del 25 de abril al 05 de mayo del 2025.
En este sentido, la Encuesta de Encuestas de Polls.Mx, con corte al 25 de mayo de este año, señala que la presidente Sheinbaum, alcanza un 80% de aprobación nacional, este porcentaje es el promedio de las casas encuestadoras más importantes de México, y es un nivel extraordinario. Coinciden estos resultados con la elección de hace un año, en que ganó la elección de forma arrolladora.
La aprobación de la presidente Claudia Sheinbaum, entre el mes de enero y abril de este año, en 4 alcaldías de Guanajuato: León, Irapuato, Guanajuato capital, y Celaya, nos muestra avances, y retrocesos. Igualmente, nos permite contrastar los resultados de ambos: presidencia contra alcaldías, para comprender la correlación del quehacer público en el territorio físico. Veamos.
El registro de aprobación de la presidente Sheinbaum, entre enero y abril, en los municipios, fue: León, enero 43%, en abril 44.4%, avanza 1.4%; con respecto a la media nacional (80%), está por debajo con 35.6%. En Guanajuato Capital, 57.1% en enero, en abril 58.4%, avanza 1.3%; con respecto a la media nacional, está por debajo con 21.6%. En Irapuato, 71.3% en enero, en abril 44.7%, baja 26.6%; con respecto a la media nacional, está por debajo con 35.3%. En Celaya, 34% en enero, en abril 24%, retrocediendo 10%; con respecto a la media nacional, está por debajo con 56%. La aprobación más alta entre enero y abril, es en Guanajuato Capital, y la más baja es en Celaya.
El registro de aprobación de los alcaldes en sus municipios, entre enero y abril, fue: León, enero 55.3%, abril 48%, retrocede 7.3%; Guanajuato Capital, enero 12.5%, abril 4.5%, retrocede 8%; Irapuato, enero 13%, en abril 18.2%, avanza 5.2%; Celaya, enero 25.4%, abril 19.0%, retrocede 6.4%. La aprobación más alta en abril es para León, a pesar del retroceso; la más baja es para Guanajuato Capital, y se encuentra en la penúltima posición (99) del ranking nacional. Irapuato y Celaya se mantienen en niveles muy altos de desaprobación.
Comparando la aprobación municipal de la presidente Claudia Sheinbaum, contra los alcaldes en el mes de abril, el contraste es divergente: León: presidente Claudia Sheinbaum 44.4%, Alejandra Gutiérrez 48%, desventaja 3.6%. Guanajuato Capital: presidente Claudia Sheinbaum 58.4%, Samanta Smith, 4.5%, ventaja 53.9%. Irapuato: presidente Claudia Sheinbaum, 44.7%, Lorena Alfaro 18.2%, ventaja de 26.5%. Celaya: presidente Claudia Sheinbaum, 24%, Juan Miguel Ramírez 19%, ventaja 5%. La aprobación más alta de la presidenta Claudia Sheinbaum, es en Guanajuato capital, y la más baja es en Celaya. En León es el único municipio en donde su aprobación está por debajo de la alcaldesa.
Si bien es cierto que los resultados de Irapuato, Celaya y Guanajuato Capital, ya no sorprenden a nadie, sí sorprende que nadie haga nada por evitarlos, principalmente los alcaldes(as). Tuvieron 5 meses para afinar sus propósitos antes de la toma de posesión del cargo. Para este momento, ya tienen más de 7 meses a la cabeza de sus municipios (hay una reelección en Irapuato), y lejos de haber utilizado este tiempo para materializar sus proyectos e ideas, reflejándolos en una mejor gestión y administración de sus alcaldías, no solo no repuntan, sino se desploman, como es el caso desastroso de Guanajuato Capital, y en menor medida de Irapuato y Celaya.
En el caso de Irapuato y Guanajuato Capital, la pérdida del apoyo popular lleva implícito el desgaste de la marca política, PAN, son más de 30 años con una misma visión y un mismo modelo de administración, pero en el caso de Celaya, con un gobierno emergiendo de la fuerza política nacional más importante y exitosa del país, su estancamiento y retroceso es para un análisis detenido. Déjeme decirle que, si en este momento hubiera elecciones municipales en Irapuato, y Guanajuato las perdería el PAN frente a Morena, y la paradoja, es que Celaya, la perdería Morena, y no necesariamente frente al PAN. Así de irónico es el presente.
El porcentaje nacional de aprobación de la presidente Claudia Sheinbaum, es un indicador de lo antes señalado, las diferencias lo dicen todo. En Guanajuato Capital está por arriba con 53.9% de ventaja; en Irapuato está con 26.5%, es decir, la marca política, por sí misma, ganaría en esos municipios, el candidato no sería lo de menos, porque podría ocurrir lo que está pasando en Celaya, un despilfarro del triunfo, que lastra el crecimiento de la marca, y peor, carcome la aprobación de la primera presidente en la historia de México, y la mejor calificada.
En refuerzo de lo anterior, en Celaya, la presidente Sheinbaum tiene un 24% de aprobación, y está a dos lugares de ser la peor calificada en los 100 municipios evaluados de México. ¿Quién es responsable de este resultado, ella o el alcalde? Por elemental deducción, quien goza de 80% de aceptación nacional, no podría ser la responsable de esos números. Y dejó abierta una pregunta: ¿la escasa aprobación del presidente municipal, es gracias a su trabajo, o al apoyo federal que permea en forma de apoyos sociales, seguridad, y proyectos de infraestructura? ¿Sin ello, qué sería del ciudadano alcalde?
Arias Consultores, ofrece una encuesta sobre las principales necesidades de los municipios, lo cual, es una herramienta para enfocar soluciones en las manos adecuadas. Por ejemplo, la seguridad la reclama el 51.2% de los guanajuatenses de la capital, el 59.3% de la población de León; el 74.8% los irapuatenses; y en Celaya, el 81% de los ciudadanos.
Si observamos, la demanda no es uniforme en los 4 municipios, pero sí rebasa la media, y llega a un porcentaje notable en Celaya. Por ser la necesidad prioritaria, es importante destacar como se refleja en la percepción de inseguridad de los ciudadanos, veamos: León, el 60.9% se siente inseguro; en Celaya, el 88.4%; en Irapuato 89.6%; en Guanajuato capital, el 93%. Los 4 tienen este problema en común, pero en diferentes gradientes, y en el caso de Irapuato, y Guanajuato Capital, sigue subiendo.
Uno de los graves problemas que va en paralelo a los trabajos para disminuir la inseguridad, es la forma en cómo se aborda. De hecho, Tiros y Troyanos, repiten la misma fórmula, a pesar de los resultados negativos que se han tenido desde hace 12 años, por lo menos. Las fotos, y el pie de foto de sus estrenos de vehículos, armas, uniformes, cursos ya son un cliché desgastado.
Igualmente, decenas de millones de pesos se gastan en tecnologías, pero siguen siendo un gobierno ciego. La inutilidad de sus estrategias se mide con la compra y uso de vehículos blindados para su protección, a más protección para ellos, aumenta más la percepción de inseguridad para los ciudadanos. Hemos llegado al punto que un solo evento criminal hecho público, multiplica el sentido de vulnerabilidad ciudadano.
La presencia masiva de elementos de seguridad del gobierno federal en Guanajuato, data desde enero del 2022. En el caso de Celaya, tiene además 500 elementos de la guardia nacional de forma permanente, eso desde luego ha inhibido la violencia y la delincuencia. Eso es normal, considerando que ha llegado a tener en calle decenas de policías estatales, y hasta 2200 elementos de GN y de la SEDENA, que suponen un subsidio en términos económicos, de cientos de millones de pesos anuales, porque la nómina sigue siendo estatal y federal.
Para contrastar, Celaya, tiene este año para seguridad un presupuesto muy basto, de 900 millones de pesos, y sus policías municipales no llegan ni a 300 elementos. Pero este modelo es preocupante, porque mientras el gobierno federal permanezca apoyando en las calles, quizá se mantenga a la baja los hechos delictivos, pero una vez que otros municipios y estados reclamen una presencia similar de GN y Sedena, las cosas pueden cambiar.
Si usted observa, León, Irapuato, y Guanajuato Capital, se encuentran entre los municipios del país con tasas de inseguridad muy altas, que coloca a las alcaldesas con un nivel de aprobación bajo. Ellas también requieren apoyo urgente, y a nivel nacional existe ya una demanda de la presencia del ejército y la Guardia Nacional, que incluso, escala a exigencias de seguridad nacional.
Recordemos que hace unas semanas, el alcalde de Celaya, hizo público que “generales de la Sedena y de la Guardia Nacional le comunicaron que quieren retirar a gran parte de los elementos federales destinados a Celaya para enviarlos a otra parte del país”. ¿Qué pasará en Celaya? ¿Perseguirán a los delincuentes con discursos y salivazos? ¿con peticiones a “cuidar las formas”? ¿con compras que rebasan la inutilidad y se regalan? ¿con una academia policial que consume más dinero y aporta menos policías egresados? Cuando llegue ese momento, nos daremos cuenta que solo se ha consumido tiempo y dinero sin un proyecto social, sólido y eficaz para contener y erradicar la inseguridad ciudadana. Entonces sabremos que estamos viviendo de seguridad prestada, y que la violencia y la delincuencia han echado raíces en nuestro territorio, y que no se arrancaran al vuelo.
El rediseño del presupuesto, y particularmente una nueva redistribución en donde se ponga por delante una real inversión social en áreas como educación, salud, deporte, cultura, arte, apoyo a la economía local, previo a un análisis serio, responsable, profesional, es una ruta posible, necesaria y prioritaria. De nada servirá el trabajo de seguridad policial, y la coordinación con el gobierno estatal y federal, si el gobierno municipal no hace un trabajo a ras de tierra para generar bienestar, y confianza.
Si el criterio para usar el presupuesto municipal sigue siendo el mismo, una copia de administraciones anteriores, pero con un descuidado y procaz manejo que llega a justificarse como ahorro, no se avanzará en la aprobación, en este caso, del alcalde celayense, y, por ende, en cualquier otro municipio. Gastan más, y gastan en lo mismo, por eso el resultado es exactamente igual.
El descuido, abandono y omisión de las zonas vulnerables de la sociedad, bajo el pretexto de un desarrollo económico prioritario, que vende futuros promisorios para una elite, es parte de la raíz del crecimiento de la delincuencia y la violencia. Es la visión neoliberal, que reivindica la prosperidad desde el privilegio, y la precariedad social como pretexto mesiánico para su salvación, o encarcelación.
Hay que planear de forma horizontal el desarrollo con bienestar compartido, y eso no será posible si el presupuesto está destinado para ocurrencias policiacas, para uso político electoral, para contratación laboral de amigos, para engordar negocios privados. El uso del presupuesto municipal de forma responsable, planeado, equitativo y justo, basado en resultados presentes, y con visión de futuro es la tarea.
Las encuestas hablan, y dicen más de lo que ocultan los gobernantes. Hay tela de donde cortar.
REVOLCADERO.
El presidente municipal, los síndicos, los regidores son SERVIDORES PUBLICOS, están al servicio del pueblo, y su conducta deber ser respetuosa del mismo. El principio de legalidad es muy claro, los SERVIDORES PUBLICOS, solo pueden hacer lo que la Ley les permite. Nuestra Carta Magna, y las leyes secundarias no les permiten INTIMIDAR, AMENAZAR, O NEGOCIAR con los derechos y obligaciones DE LOS SERVIDORES PUBLICOS, NI DE LOS CIUDADANOS.