
Por: José Luis Ramírez.
La participación ciudadana es un mecanismo social que funciona para el desarrollo local, además de promover una democracia participativa a través de la integración de la comunidad en los diversos quehaceres de su entorno.
La consulta para proponer los delegados de las 65 comunidades de la zona rural del municipio de Celaya, que se realizó ayer, fue tratada como un tema menor para la gestión y administración municipal, pero la realidad es que su importancia es relevante por muchas razones.
Un tercio de la población de Celaya vive en las comunidades, la precariedad social y la pobreza en sus diferentes rasgos es el distintivo en la vida cotidiana de la mayoría de sus habitantes. Y claro, solo por mencionar un dato, no se le destina en proporción un tercio del presupuesto municipal para propiciar su desarrollo, y prácticamente solo se les recuerda en época electoral, o cuando se realiza la consulta para la elección de delegados.
Los delegados municipales tienen una enorme responsabilidad, porque son personas reconocidas por el pueblo, su función es auxiliar al Ayuntamiento, para mantener el orden, la tranquilidad, la paz social, la seguridad, la protección y participación de las personas habitantes del municipio, pero esa responsabilidad, también es menospreciada en términos económicos, ya que los salarios no solo son menores a la responsabilidad, sino están por debajo de los niveles básicos en la nómina municipal. Por eso, el abandono, la marginación, la pobreza, crecen como hierba silvestre en las comunidades.
Lo anterior sirva para reflexionar sobre la Consulta que se realizó ayer en el marco de una expectativa optimista por un nuevo gobierno. La consulta venia precedida de varios eventos que pusieron en tela de juicio la validez como un instrumento real de participación ciudadana y de un ejercicio en libertad y democrático.
El 13 de marzo, “la Secretaría del Ayuntamiento recibió 136 fórmulas que se registraron para participar en la consulta ciudadana para la elección de delegadas y delegados del próximo 23 de marzo. De las 65 comunidades en dos no hubo registro de fórmulas”.
Igualmente, ese mismo día “el Secretario del Ayuntamiento, Daniel Nieto Martínez, informó que, en las comunidades de Los Mancera y Santa María del Refugio, no hubo fórmulas registradas. En 21 comunidades solo hubo un registro, donde el presidente municipal Juan Miguel Ramírez Sánchez, valorará si la fórmula registrada es la adecuada o designa otra”.
Este anunció reveló la incapacidad de generar una amplia participación ciudadana como eje del desarrollo social, político y económico de las comunidades, porque es precisamente a través de “la participación ciudadana como se ejerce el derecho individual o colectivo para intervenir en las decisiones públicas, deliberar, discutir y cooperar con las autoridades, así como para incidir en la formulación, ejecución y evaluación de las políticas y actos de gobierno de manera efectiva”.
Seis meses no fueron suficientes, no solo para preparar y organizar la Consulta ciudadana, ni tampoco para evitar y advertir este colapso en la participación comunitaria. Y es muy grave en este contexto de incertidumbre social, porque sin la participación ciudadana, la democracia se debilita; es decir, pierde su representatividad y legitimidad, lo cual favorece la intervención de otros actores, y otros intereses.
De hecho, el asesinato de la candidata a delegada de la comunidad El Sauz de Villaseñor de Celaya, generó una ola de incertidumbre en la población y en los candidatos a delegados. Y desde luego, para que se tomará la decisión del presidente municipal para que en las 21 comunidades rurales donde hay solo una fórmula registrada sean las o los delegadosnominados de manera directa”. Y faltaría el nombramiento en Los Mancera y Santa María del Refugio, en donde no se registró ningún candidato. Este retroceso nos advierte de una grave debilidad en el ejercicio del gobierno, al carecer de legitimidad los probables nuevos delegados, y de una silenciada incomodidad e irritación en las comunidades al carecer de representatividad ante el ayuntamiento.
Pero el hecho del NOMBRAMIENTO DE MANERA DIRECTA, no es un asunto de trámite. De acuerdo al Artículo 141, de la LOM que se utilizó para esta jornada, y no la nueva LEY PARA EL GOBIERNO Y ADMINISTRACIÓN DE LOS MUNICIPIOS DEL ESTADO DE GUANAJUATO, “para el nombramiento o la ratificación de los delegados y subdelegados municipales, se requerirá la APROBACION DE LA MAYORIA ABSOLUTA de los miembros del Ayuntamiento”.
Lo cual, implica una revisión exhaustiva de los perfiles, y un acuerdo negociado para que el Ayuntamiento, y sobre todo los miembros de la oposición, puedan avalar la propuesta del presidente municipal. Hacerlo a ciegas, bajo el antecedente de un juego de poder con rumbo a la elección municipal del 2027, sin mayor atisbo de escrúpulos y moralidad política como se hizo en estos seis meses, sería un gravísimo error y una absoluta falta de respeto a los celayenses y sus comunidades.
Así que tenemos en puerta el nombramiento de 23 delegados, que pueden ser objetados, confirmados o rechazados por su comunidad, antes de que la MAYORIA ABSOLUTA de los miembros del Ayuntamiento los voten. Es decir, si todos los ediles de Morena, y con el voto de Movimiento Ciudadano, lograrán consensar la mayoría absoluta en contra de las comunidades, estaríamos ante un escenario de exacerbación de los ánimos, y un imparable rechazo al presidente municipal, como hasta ahora se ha expresado no solo en las redes sociales, sino incluso en los eventos públicos.
REVOLCADERO. Un error de un grado puede generar un error absoluto.