Opinión

¿VÍCTIMA O VILLANO TRAS UN ROMPIMIENTO?

Para crear una pareja se necesita el consenso de dos personas, pero para terminarla basta la decisión de uno de los dos.

16/07/2021

Héctor Arturo Estefanía Montero

Cortazar, Guanajuato, México

La última vez que terminaste una relación… ¿quién tomó la decisión? porque claramente duele más ser cortado, que ser el que corta.

Ni el terminador (la persona que corta) es el villano ni el terminado la víctima: los procesos de cada uno son diferentes. Una persona que termina la relación necesita aceptar la proporción adecuada de su culpa, reparar lo reparable y hacer notar lo irreparable. Normalmente, esta persona se fue saliendo desde hace tiempo hasta tomar la decisión, va matando sueños, posponiendo planes.

Para ser un “buen” terminado y poder continuar la vida, requieres hacerte cargo de tu dolor, trabajarlo y atravesarlo. Amar es sufrir un poco, pero no enfermar.

¿Si yo decidí terminar la relación?

Es posible que te sientas culpable, y debes aprender a lidiar con ella.

Y es que sin duda te preparaste con anticipación para afrontar la decisión, reflexionaste lo que vendría y fuiste viviendo el sufrimiento y el duelo de a poco.

La culpa puede hacer que hayas sentido remordimientos por lastimar a tu pareja y por cambiar la vida de tus hijos si es que los tienes.

La sensación de ser no merecedor, malo y cruel puede haberte atormentado o bien seguir generándote una profunda desazón en tu interior.

¿De qué se trata este sentimiento de culpa?

La culpa aparece cuando haces algo que no corresponde a lo que piensas. La culpa es la señal de que “se está violando alguna norma”.

Si te sientes culpable por haber terminado tu relación, vale la pena que pienses que una separación conlleva un dolor inevitable para todos los involucrados, y este dolor necesita ser experimentarlo por todos para atravesar exitosamente el duelo de las tantas pérdidas que acarrea un evento de esta magnitud.

Debes distinguir entre lastimar con dolo a los demás y asumir que las propias decisiones son dolorosas para mucha gente.

Si tras una honesta reflexión reconoces que sí trasgrediste una norma o un principio ético, ya sea por descuido, comodidad o negligencia, tu culpa es sana y oportuna, y puedes aún pedir disculpas y reparar en la medida de lo posible el daño realizado.

Por el contrario, simplemente rompiste promesas incumplibles o desafiaste prejuicios y creencias ancestrales que nada tienen que ver con el presente que vives, más que reparar requieres entender y acomodar tu decisión para estar en paz.

¿Qué pasa cuando no eres el terminador sino el terminado?

Si la decisión te tomó por sorpresa e iba en contra de tus deseos, seguramente se te habrá dificultado dejar ir la relación. El tema del enojo también puede resultarte complicado, pues tu sensación de impotencia y abandono pueden generarte mucho malestar. ¡Es que sentirse rechazado es un golpe a la autoestima!

¿Cómo ser un buen terminado?

Hazte cargo de tu dolor, trabajarlo y atravesarlo.

El tomar conciencia y responsabilidad por la parte que te correspondió en el deterioro de la relación te ayudará a sentirte menos “víctima” y aceptar tu situación.

Otra área de oportunidad tras la separación es repensar la tan común conclusión de que “el amor significa sufrimiento”. Sí, el amor implica una dosis de sufrimiento inevitable: si no estás dispuesto a pagar un cierto costo amoroso cuando haces vida de pareja, no “juegues al amor”, no te enamores, no hagas vida en común…

Terminador vs terminado

Los terminadores sienten menos culpa cuando el terminado expresa su enojo. Y los terminados sienten menos depresión mediante la oportuna expresión del enojo.

No siempre es posible encontrar un atajo para atravesar este proceso: el terminador necesita experimentar por un tiempo el sentimiento de culpa y el terminado requiere de sentirse rechazado y deprimido por un rato también.

Las primeras relaciones después de un rompimiento amoroso deben de tener otro cometido al de encontrar “tu verdadero amor”: han de ser encuentros que te ayuden a volver a confiar, que faciliten sanar la herida anterior, que te permitan reconectarte contigo y con tu entorno. No pretendas lograr relaciones extremadamente duraderas y comprometidas al primer intento.

Antes de emprender una aventura amorosa es importante que consideres la posibilidad de depositar tu confianza en tus amigos para luego depositarla en tus amantes. Una amistad es un primer paso excelente para recuperar la confianza.

Otro fracaso prematuro activará tu desconfianza y hará realidad la profecía auto cumplidora de que “eres un fracasado en el amor”. Si te sientes aun frágil, date tiempo, fortalécete, ya que después de un rompimiento amoroso, primero que nada, necesitas volver a confiar.