Opinión

LA SOCIEDAD LITERARIA DE GUERNSEY Y EL PASTEL DE CÁSCARA DE PAPA

Jeremías Ramírez Vasillas

 

Y TODO POR CULPA DE LA LITERATURA. Esta podría ser la premisa de la película La sociedad literaria de Guernsey y el pastel de cáscara de papa, cuya historia está ubicada en Inglaterra, poco después de la terminación de la Segunda Guerra Mundial, en la que la escritora Juliet Ashton recibe cartas de un lector llamado Dawsey Adams, quien vive en la isla de Guernsey, en las que le cuenta cómo se formó el grupo de lectura, al que pertenece, tras un incidente con una patrulla nazi. Motivada por la peculiar anécdota, Ashton desea conocer a sus integrantes y decide visitarlos.

Guernsey es una pequeña isla inglesa ubicada en el Canal de la Mancha frente a la costa de Normandía, Francia, la cual fue tomada por los alemanes, en la que construyeron fuertes de concreto para atacar a Inglaterra (aún están las fortalezas en la costa oeste de la isla), y durante ese periodo de ocupación los habitantes de la isla sufrieron el acoso y opresión de los invasores. Es en ese lapso en el que se sitúa ficticiamente el inicio la sociedad de lectura de cáscara de papa. Una noche Amelia Maugery, una mujer mayor, invita a sus vecinos a un festín con un cerdo que escondió de los nazis (quienes les habían requisado todos los hatos para alimentar a sus tropas). Cada uno de los invitados lleva algo para complementar el plato fuerte. Isola Pribby, quien fabrica licor clandestinamente, lleva algunas botellas. Eben Ramsey, un hombre mayor, encargado de la oficina de correos, ha cocinado un pastel de cáscara de papa (pues ya ni papas tienen). El festín se alarga y culmina de noche en la playa, ante un cielo magnífico cuajado de estrellas, violando con ello el toque de queda. Cuando regresan a casa, alegres y un tanto bebidos, los detiene una patrulla alemana. Y como no saben cómo justificar haber roto el toque de queda, inventan que forman parte de un grupo de lectura. Eben Ramsey viene bastante borracho y empieza a decir incoherencias, repitiendo la frase “cáscara de papá”. Como no pueden decir qué nombre tiene su club, Dawsey usa esa frase incoherente. Los de la patrulla buscan en una lista el nombre de dicho club y como no está registrado deciden detenerlos; pero en ese momento Eben vomita sobre las botas del alemán, y éste, asqueado, decide seguir la inspección del supuesto club al día siguiente. Al otro día formalizan el grupo de lectura recolectando libros de una biblioteca abandonada y en ruinas. En esa biblioteca, Dawsey, encuentra el libro de Juliet Ashton.

Cuando Ashton llega a la isla se encuentra con un grupo muy peculiar, integrado por personas mayores, de mediana edad y hasta niños, que continúan leyendo y descubriendo libros. A pesar de que le expresan su agradecimiento por la visita, ella siente que no están cómodos con su presencia y cuando les manifiesta que quiere publicar un artículo sobre su grupo de lectura, se alteran los ánimos. Ashton advierte que se callan algo que no quieren que se divulgue. Esto la deja en suspenso y, como buena escritora, se da a la tarea de investigar en la hemeroteca del periódico local e interrogándolos y poco a poco, como una fotografía en el líquido revelador, va emergiendo una historia dolorosa en la cual están involucrados. Es esta historia oculta, en la que hay un romance entre Elizabeth McKenna, una mujer muy cercana a ellos, y un nazi, la parte medular de la película, pues dicho romance deriva en una tragedia y en la cual queda como secuela una niña (hija del nazi y Elizabeth) que Dawsey adopta como hija suya, pues Elizabeth le deja la niña la noche en la que, al tatar de salvar a un niño que los nazis tienen como esclavo, es detenida y enviada a un campo de concentración.

Hasta aquí es lo más interesante de la película, pues la narración da un vuelco para convertirse en una sensiblera historia de amor. Yo creo que el director, o los productores, para hacerla atractiva y emotiva a un público mayoritario, envuelven el drama en una endulcorada historia de amor entre Ashton y Dawsey. De esta forma, la crudeza de la película se suaviza y pierde fuerza dramática. Es decir, se vuelve un simple drama amoroso con final feliz.

Quien gusta de esos dramas, donde el amor triunfa, pese a todo (hasta con un prefabricado final con suspenso), estarán muy complacidos; pero quienes buscan mayor profundidad dramática y humana, la película se queda corta.

El argumento de La sociedad literaria de Guernsey y el pastel de cáscara de papa, surgió de la novela homónima escrita por Mary Ann Shaffer (1934-2008), una escritora estadounidense cuya historia le surgió cuando, en un viaje a la isla de Guernsey, en 1976, se quedó varada en el aeropuerto de la isla a causa de la niebla. En ese lapso leyó el libro Jernsey under the jackboot, de Reginald Maughan, sobre la ocupación alemana durante la Segunda Guerra Mundial. Y tomó ese incidente para escribir la novela, pero falleció antes de terminarla y fue su sobrina, Annie, quien la concluyó. Este libro fue el único libro que escribió Mary Ann Shaffer.

La película fue dirigida por Mike Newell, escrita por Don Roos y Tom Bezucha y se filmó en 2017. Y usted puede verla en el portal de Netflix.