Opinión

DOBLE O NADA

Los zapatos azules de Elvira.

José Luis Ramírez

En unos días más, la ciudadana Paniagua tendrá que rendir el primer informe del estado que guarda la administración municipal, de cierto, a nadie le gustaría estar en sus zapatos.

Reconocer que Celaya atraviesa una crisis de gobernabilidad, es su primer reto. Para entenderlo habría que mirar al pasado. La Presidencia municipal está presidida por el séptimo candidato del Partido Acción Nacional, desde el año 2000 a la fecha. La ciudadana Elvira Paniagua llegó a la presidencia con 62 586 votos, con una diferencia de 300 votos más que su antecesor, pero con una oleada de obras por 700 millones de pesos que se pidieron prestados por el gobierno municipal y estatal.

Si observamos los votos emitidos en la última elección municipal, tendremos un indicador que nos reflejará el nivel de respaldo ciudadano: el PRI obtiene 18 663 votos, y de haber obtenido tres regidurías en la penúltima elección, ahora solo ocupa una posición; el Partido Verde llega con 8 266 votos, y obtiene una regiduría; Morena, obtiene 44 534 votos, y sube de una posición a tres regidurías; el candidato Independiente, llega con una votación de 38 118 votos, y obtiene tres regidurías; la suma de los partidos PRD,MC, NA llega a 9652.  La participación electoral, suma en total 181,819 votos.

Esta votación nos ofrece una radiografía para la hipótesis, de lo que ocurrirá en el 2021, pero desde luego, la realidad y la actividad política serán elementos de confirmación o negación de un posible triunfo de la oposición. De cierto, a un año de haberse iniciado el gobierno actual, hay elementos que en el caso del PAN, validan la apreciación sobre su derrota.

En los últimos 18 años, el desarrollo de Celaya ha estado basado en la rentabilidad obtenida por particulares y políticos. Una mirada al orden administrativo, nos permite observar como los reglamentos legitiman actos jurídicos atroces, que van desde el ordenamiento territorial hasta la planeación a la carta. Hoy tenemos un territorio fragmentado, urbanizado a modo para contentillo de empresas inmobiliarias, pero con un cargo a nuestras contribuciones.

Si algo ha caracterizado a los gobiernos del Pan, ha sido la construcción de puentes, y de infraestructura vial para las grandes empresas. Los análisis muestran que si bien hay un aumento de empresas, éstas no se distinguen por generar empleos en función del costo social-municipal, eso significa que es mayor el costo social de inversión pública por la infraestructura, el consumo de recursos naturales y el impacto ambiental. Las principales obras que se pretenden para el 2020, tienen esa visión, satisfacer necesidades empresariales, sin una contraprestación social. La ampliación del aeropuerto local, es una de ellas.

La inversión municipal para detonar la economía local a través del apoyo a la micro y pequeña empresa, que son los pilares del empleo y la economía, es realmente testimonial. No hay conciliación, ni equidad, eso significa que no existe una política pública para el desarrollo económico horizontal y con visión de bienestar para todos.

El desarrollo rural institucional es prácticamente inexistente. A pesar de que tenemos áreas de cultivos importantes que posibilitan la generación de empleo y dinero, no es tomado en cuenta. Los pequeños y medianos productores, tienen como apoyo el viejo asistencialismo con fines electorales. En las zonas rurales no hay planeación ni desarrollo, el incipiente mejoramiento de sus comunidades es generado por los propios habitantes, y en muchos casos, por el apoyo económico de los familiares que trabajan en el extranjero.

La infraestructura administrativa del Desarrollo Rural descansa en 65 Delegados, sin mayor capacidad de gestión, ni capacidad de operación de servicios básicos. Las apariencias engañan, los Delegados no son representantes populares, y por consiguiente carecen de independencia en la toma de decisiones o en el ejercicio de su gestión. Los Delegados municipales, son seleccionados en una consulta, pero son aprobados por la Presidencia municipal para ingresar a la nómina como empleados que representan y coadyuvan en las tareas administrativas.

El Plan Municipal de Gobierno 2018-2021 es una visión de la continuidad, es un camino estrecho de buenas intenciones, pero en un solo sentido. Y de cierto, ningún Plan funciona sin dinero, por eso el presupuesto de ingresos y egresos es el mejor ejemplo de cómo se orienta el gasto para mantener una secuencia de iniciativas, por un lado para mantener un cuerpo administrativo redundante, y por otro lado, un programa general de obra selectivo, que tiene la intención de favorecer grandes “promesas de campaña” como ha sido el caso del puente del ferrocarril en la avenida Irrigación.

El asunto de la inseguridad ha rebasado dramáticamente al gobierno municipal, pero lejos de invertir correctamente los mas de 480 millones de pesos anuales para ese rubro, lo hacen como si fuera un juego de ladrones y policías. El resultado una ciudad muerta de miedo y pánico. Y no es gratuito, hemos roto todas las marcas de violencia y criminalidad, no solo estatal, nacional, sino incluso internacional. Ocupamos el lugar 32 de las 50 ciudades mas violentas del mundo.

Como ustedes recordaran hace unas semanas apareció una encuesta realizada por Massive Caller, tomó como referencia a 100 presidentes municipales de las ciudades mas pobladas del país, entre ellos están León, Guanajuato, Salamanca, Irapuato y Celaya. La aceptación ciudadana sobre nuestra alcaldesa, fue del 20.4%, y ocupa el lugar 87, es de los alcaldes con una percepción muy negativa de su desempeño.

Hemos señalado reiteradamente que su gobierno está en crisis, y son diversos factores lo que prácticamente la están poniendo al borde del colapso: la inseguridad, la violencia y la delincuencia; la imposición de sus opiniones en el tema de la planeación de la obra y el gasto; un equipo de directores sin dirección; la pérdida del control de las comunidades. Igualmente, la falta de cuidado en la operación y cabildeo de acuerdos con los integrantes del Ayuntamiento.

Si bien, la ciudadana Paniagua, tenía una buena imagen como gestora, hasta el día de hoy no ha podido asumir un liderazgo político, la herencia de 18 años de gobiernos impresentables, son un fardo que tiene que arrastrar sin ningún apoyo que valga la pena.

En su corto periodo de gobierno, ha tenido que enfrentar diversas situaciones que jamás pensaron que sucederían. La marcha de la Alameda, la segunda marcha del ITC, y la manifestación en contra de las extorsiones, estos eventos han marcado a un gobierno municipal rebasado por los acontecimientos.

Desde luego, hay otros asuntos que han explotado en el corto periodo de gobierno de la ciudadana Paniagua. Nos ocuparían la misma cantidad de hojas que ella utilizará para negarlo. Estamos a la deriva, desde luego que sí.

Revolcadero.

Ya no queremos queso, sino salir de la ratonera.