Opinión

Doble o nada

AGUA MALA

José Luis Ramírez

El agua es nuestro principal motivo para residir o estar en un lugar, sin el agua nada tiene valor o sentido. El agua es la vida. Tenemos 65 comunidades en la zona rural, dejadas a su suerte, utilizadas en algunas ocasiones para justificar inversiones en obra, que son parches sobre un desarrollismo salvaje.

Reglamentar nuestra actividad social, económica, y política fue una de las huellas dejadas a partir del año 2000, la ciudad crecía en habitantes y necesidades, en dificultades y enredos. Antes de esa fecha, la planeación y la planificación urbana y rural ni siquiera pasaba por la mente de la administración municipal, pero sí para los desarrolladores urbanos, quienes impusieron un mapa del crecimiento tasado en el lucro y en los dividendos.

A través de los Reglamentos municipales se trató de darle cierto orden al municipio, de este modo, empezamos a tener dos varas distintas para medir las necesidades de la ciudad y la zona rural. En el caso del suministro de agua potable, se fortaleció Jumapa, y por otro lado, en las comunidades se reglamentaron los Comités de Agua Rural para la gestión de agua potable, alcantarillado y tratamiento de aguas residuales, a pesar de que en ello, se incubaba una problemática de infraestructura, potabilidad, inocuidad, y administración.

Podemos plantearnos un periodo de 30 años como marco de referencia, para observar el irregular desarrollo en la gestión del agua en la zona rural, y la zona urbana. A la fecha, no hay una sola planta potabilizadora en la zona rural; no hay ninguna Planta de tratamiento de agua usada; ningún Comité de agua tiene infraestructura (maquinaria, laboratorios, especialistas, vehículos, refacciones, insumos) como lo tiene Jumapa. Ningún Comité de Agua tiene un seguimiento puntual de la inocuidad del agua, y en el mejor de los casos, su método de potabilización es la cloración del agua.

Pero también hay otras anormalidades. En San Juan de la Vega, a raíz de la última elección para nombrar el Comité del Agua, la planilla perdedora vinculada al Pan reventó la elección con el robó de las urnas y con agresiones verbales y físicas. Eso fue hace seis años, y salomónicamente, se nombró un representante municipal para administrar el suministro de agua, y desde entonces, Artemio Mendoza Cárdenas, nada como pez entre los cortes de energía eléctrica, y el corte del suministro de agua a los pobladores. Su mérito, ser de un clan familiar panista entre los que se destaca su hermana, la actual Directora de Desarrollo Social, Mónica Mendoza, y Verónica Guadalupe Mendoza  actual encargada del área de Administración de Recursos de INSMUJER.

Hoy el desempeño de esta persona citada, lo podemos enmarcar en torno al artículo 36 de los Comités de Agua Rural, que señala la obligación de: “informar a la Contraloría y a la Tesorería Municipal dentro de los cinco primeros días hábiles de cada mes sobre los ingresos, egresos, administración y operación, así como permitir la práctica de auditorías por parte de la Contraloría Municipal”, pero lo han pasado por alto.

En una proyección histórica de solo los últimos cuatro años de su administración, con cifras obtenidas de CFE, Transparencia municipal y por él mismo. Existe un universo de 3093 tomas, con una tarifa general mensual por usuario de 50 pesos de ese universo, señala que existen 1,509 usuarios que van al corriente, y 899 usuarios que tienen adeudo con el comité de agua, por la cantidad de $ 305 mil 875pesos

Al hacer operaciones prácticas y selectivas se obtuvieron los siguientes resultados: ingreso de usuarios $ 5, 779,200.00, menos el adeudo –reconocido- $ 305,875.00, nos da un ingreso neto de $ 5, 473,325.00 conforme a las cifras entregadas por Transparencia municipal. A esa cifra le descontamos el pago de energía eléctrica $ 1,657,894.00, y un aproximado de “sueldos y salarios” -que refiere de seis personas-, de $ 2,880,000.00, nos queda un remanente al 30 de junio de $935,431.00, pero los sanjuanenses no tienen agua potable porque no han pagado la energía eléctrica. Hay que hacer notar que los datos históricos de CFE, señalan que en los últimos cuatro años -48 meses-, no hubo registro de consumo en 11 meses.

En la información solicitada por Manuel Castilla de Alianza Ciudadana, a Transparencia municipal –en la que se basa esta argumentación-, hay un dato muy importante, que deberá ser aclarado, el origen o la causa de que 685 usuarios no registren pagos o que no paguen. Porque ello, significa en dinero, la cantidad de $ 1millón 644 mil pesos del citado periodo.

Con los datos anteriores, si bien son aproximados, se puede inferir que el corte de energía eléctrica para operar el bombeo de agua, no es por falta de ingresos. Los datos históricos de CFE, nos arrojan que las personas han sufrido el desabastecimiento de agua por largos periodos de tiempo de manera inexplicable.

Durante los años de su encargo, Artemio Mendoza Cárdenas, debió reportar a su superior jerárquico su situación administrativa, es decir al Coordinador de agua potable, alcantarillado y saneamiento rural, y a su jefe, el Secretario del Ayuntamiento.

En virtud de que no existía un Comité de Agua Rural, se supone que el ingreso y egreso, debió de haberse reportado a la tesorería municipal, y supervisado por la Contraloría, pero las evidencias señalan que no fue así.

El jueves 11 de julio, los sanjuanense se manifestaron en la Presidencia municipal para exigir que se convoque a la integración del Comité Rural de Agua de San Juan de la Vega; que se realice una auditoría al representante del municipio, Artemio Mendoza Cárdenas; que el H. Ayuntamiento liquide los pasivos que se encuentran pendientes de pago, dado que se infiere una omisión en la vigilancia del desempeño de su representante municipal. La ciudadana Paniagua los recibió, y prometió una solución inmediata.

En respuesta a lo anterior, el día viernes 12, el Secretario del Ayuntamiento solo responde positivamente al llamado a la integración del Comité de Agua, y en torno al pasivo, señala que ya había apoyado a su subordinado con 68 mil pesos el año pasado, para la reparación de la bomba. En cuanto a la Auditoria, que también había prometido la ciudadana Paniagua, no lo menciona.

Esto no es casualidad, los servidores públicos han abusado hasta el hartazgo de su posición privilegiada, estaban acostumbrados a usar la precariedad de la gente para hacerlos cómplices y para el condicionamiento de beneficios a cambio de votos, pero ya agotaron su paciencia. No hay agua mala que dure 21 años, ni gente que la soporte. Ya lo veremos

Revolcadero.

En el lodo la vida es más sabrosa. ¿Será?