Opinión

DOBLE O NADA

Por: José Luis Ramírez

62 MIL CORAZONES PARA UNA CIUDAD.

Las soluciones no vienen de arriba, esa debería de ser una premisa que no deberíamos de olvidar. Los mexicanos intentamos resolver  todo con una veladora, y somos pacientes hasta que se nos oxidan las neuronas. Luego, el olvido se apodera de nosotros. Tiempo después, en el absurdo sisífico, encendemos otra veladora.

Cada elección es el tiempo del absurdo. Olvidamos la experiencia anterior, y cometemos, como dijera el ilustre filósofo dolorense, “los mismos errores”.  Para la memoria rescato los últimos números de la elección de hace tres años. Teníamos un global de 350 mil votantes celayenses, pero solo votaron 133 mil. Eso significa que 216 mil no salieron a votar, seguramente esperaban que las soluciones llegaran desde el cielo, pero no fue así.

El Pan, como tú recordarás ganó con 62 mil votos; el Pri, se quedó a la mitad con 32 mil votos y perdió. Estos son números importantes que nos darán idea de cuantos votos se necesitan para terminar con 20 años de gobiernos panistas, sin contar el de Aranda Portal del año 1992-1994, quien relevó al actual candidato independiente, Javier Mendoza Márquez. En total 7 administraciones municipales seguidas que nos permiten contrastar resultados.

Tomando como referencia los números anteriores, se necesitan 62 mil votos para comenzar una nueva experiencia de gobierno en Celaya. En ese sentido, Monserrat Vázquez –Pri- requiere 30 mil votos más para ganar. ¿Eso es posible? Sí, porque 216 mil personas no tienen en su cabeza salir a votar, salvo que exista una razón poderosa que los mueva. ¿Existe esa razón? Yo creo que sí. Ya lo veremos más adelante.

Javier Mendoza Márquez, ha despertado esa nostalgia por los tiempos en que los políticos locales tenían algo de respeto, pero también ha despertado la necesidad de cambiar de piel, de repensar lo que ha ocurrido y lo que no ha pasado en nuestra ciudad de cajeta y jícamas, de gente buena y trabajadora. Solo que ahora, huérfano de partido político, en la vía independiente, necesita 62 mil personas que le digan adiós al ciudadano Lemus y su gavilla de vividores. ¿Se puede? Yo creo que sí.

Nuestra ciudad necesita 62 mil personas decididas a recuperar nuestras calles, necesita 62 mil mentes claras para emprender el rescate de nuestra paz y seguridad. Existen entre nuestros vecinos, amigos, hijos, primos, tíos, conocidos y familiares 290 mil personas, que no votan por el Pan, hay ciudadanía suficiente para dar un giro hacia un nuevo gobierno. Se puede cambiar.

Estoy convencido que no necesitamos milagros, ni veladoras para alejar la sangre y el miedo que hoy ensombrece nuestros barrios, nuestras calles y comunidades. Solo necesitamos no cometer los mismos errores.

Hay un círculo vicioso en el gobierno panista. Se han olvidado de las enseñanzas aristotélicas: “se manda obedeciendo”. Han retrocedido, y lo digo en forma de lamento, a la época colonial, ven el gobierno como un instrumento de autoridad y poder virreinal. No miran ciudadanos, miran vasallos y aduladores, y solo aceptan cortesanos en sus círculos de poder.

Veo a Monserrat y a Javier como los dos candidatos que podrían asumir la próxima administración municipal. Las otras candidatas han realizado algo destacable, se han superado a ellas mismas, ya no son aquellas mujeres que empezaron una campaña atraídas por la curiosidad y por las ambiciones de sus promotores. Ahora, han visto el rostro de la desesperanza, pero también saben lo que significa que las personas vean en ellas un lucecita al final del túnel, saben que las palabras nacidas del corazón comprometen. Ellas pueden hacer la suma correcta de los 62 mil ciudadanos que se necesitan para barrer y limpiar nuestra casa.

Debo decirles, que esta campaña electoral, no se trataba de una competencia para elegir a la mas bella, sino una lucha para dejar a un lado la ambición personal, el ego, la vanidad, y los tres pesos que pueden servir para comprar un carro pero no un alma.

Desde hace años sostengo que a los políticos de carrera no hay que criticarles el coeficiente intelectual, sino el grado de perversidad y malicia que hay en sus corazones. A unos días de la elección, invito a los candidat@s a tomar su calculadora para que hagan las sumas correctas, para que se olviden de las restas.

El concepto de política, es muy claro, trata sobre el bien común, el bien del pueblo. Quienes hacen política aquí en nuestro pueblo, deben pensar desde este momento en proponer un gobierno de coalición. En blindar el gobierno con la participación ciudadana.

Celaya necesita, y hablo de necesidad, de un gobierno en donde nadie se quede fuera, en donde tod@s las candidatas tengan una representación que les permita desarrollar sus talentos y sus propuestas desde, y dentro del gobierno municipal. Lo sensato es llamar a votar por quien vaya en la punta de las preferencias ciudadanas.

Los verdaderos políticos suman, no restan. No lo olviden, necesitamos 62 mil celayenses que pongan su voto y su corazón en el sitio correcto para refundar nuestra ciudad, y desde luego,  un ganador que se arriesgue a perder el suyo si no lo hace.

 

REVOLCADERO. Alista tu credencial de elector, y el primero de julio sal a votar. Recuerda que por  un voto se pierde o se gana. Un voto, tu voto puede hacer la diferencia.