
Por: José Luis Ramírez
Abril fue otro mes de mentiras, y desmentidos para el ciudadano presidente municipal de Celaya. Sus errores de gobierno dejan una cauda de desconfianza, recelo y daños a la imagen de la administración pública, y desde luego, a las personas de su circulo cercano. Mayo comienza, y no es la excepción.
Descuidado en el uso de su lenguaje, y con un grave desconocimiento de los reglamentos y las leyes, el alcalde Ramírez, habla frente a los medios de comunicación y no logra trasmitir una idea coherente, chocando con criterios jurídicos que impactan procesos administrativos, generando enredos, chismes como él suele llamar a las repercusiones de sus dichos, que finalmente son defendidos, descalificando políticamente a los adversarios, o abonando más al terreno de la confusión para deshacerse de quienes le representan incomodidad en sus tropiezos.
El jueves pasado -8 de mayo- lo que parecía una simple donación de artefactos de seguridad pública, como cascos, escudos y toletes se convirtió en un tema de mayor profundidad que se detonó desde el interior de la Comisión de Hacienda, Patrimonio y Cuenta Pública.
Para mis tres lectores, les comento que el Honorable Ayuntamiento, es la máxima autoridad en el municipio, y está constituido por 15 representantes elegidos por el voto ciudadano, incluyendo al presidente municipal. Para efectos de atender todos los asuntos de la gestión y el gobierno municipal, 14 de los ediles trabajan de forma colegiada en distintas comisiones, de esta forma estudian, analizan y formulan propuestas de solución para la ciudad.
Esas propuestas se convierten en acuerdos, sin constituir actos definitivos, y posteriormente se formula un dictamen con base en la opinión técnica de las dependencias y entidades municipales. De esta manera, el dictamen se pone a consideración del pleno del Ayuntamiento, y se vota para convertirse en una resolución definitiva con validez jurídica, desde luego, si es aprobada por la mayoría de los integrantes.
Precisamente los regidores de la oposición, planteaban lagunas, o falta de información por lo que consideraban irregular el proceso de donación, e incluso señalaban la posibilidad de incurrir en irregularidades administrativas si se aprobaba el dictamen en la Comisión de Hacienda. Los señalamientos son un acto normal dentro de sus facultades y atribuciones.
Minutos más tarde, en conferencia de prensa el ciudadano presidente sacó las macanas verbales, el escudo y el casco para defenderse de los dichos de los adversarios, y no tuvo reparo en descalificar el señalamiento, con la técnica cotidiana de expresar que la oposición hacia las cosas peor que ellos, omitiendo que tuvieron en la pasada administración cuatro regidores de Morena que poco brillaron por ser oposición, e incluso validaron muchos de las resoluciones, de las que hoy se queja el alcalde.
Fueron diversos temas los que abordó el ciudadano presidente municipal, se le cuestionó el amiguismo, las capacidades de la presidenta de la Comisión de Hacienda, el favoritismo, el nepotismo, pero lejos de abrirle camino al razonamiento lógico y mesurado, usó el tolete verbal para lanzar agravios coléricos a la oposición, e incluso a los periodistas, para descalificar sus señalamientos.
A pregunta expresa sobre el desempeño de la médica Gloria Balderas en la Comisión de Hacienda que preside, y casi al final de la entrevista, fiel a su estilo, le deslizo una sutil advertencia,: “Quedé que íbamos a platicar con ella, y le vamos hacer propuestas -de cambio- ella tiene que decidir, yo no puedo quitar a nadie… es su libertad… y en función de las propuestas, pues vamos a ver, pero ya le platiqué a ella, que quería platicar con ella, sobre la posibilidad de cambios, cambios, algunos, no solo el cambio de ella. sino varios cambios para fortalecer también el ayuntamiento…” ¿Aquí podría retirarla de la presidencia de la Comisión de Hacienda? -le preguntan-, responde: “estamos viéndolo, va ser por consenso, cualquier cosa que haga, va ser por consenso”.
Debo decirles a mis tres lectores que, en la Constitución Política del Estado de Guanajuato, el Síndico del Ayuntamiento es un miembro del Cabildo que representa los intereses patrimoniales del municipio y tiene la función de contraloría interna y procuración de la defensa de los intereses del ayuntamiento. Es decir, la naturaleza de su cargo, tiene en consecuencia una función específica, que los regidores ni el presidente municipal pueden asumir o suplir.
En nuestro Ayuntamiento existen 2 sindicaturas, la primera tiene un papel relevante, y sus facultades específicas, entre otras, son: presidir las sesiones del Ayuntamiento y dirigir los debates en ausencia de la persona titular de la Presidencia Municipal; vigilar que la cuenta pública municipal, se integre en la forma y términos previstos en la legislación aplicable, y se remita en tiempo al Congreso del Estado; verificar la formulación y actualización de los inventarios de los bienes muebles e inmuebles del Municipio; representar legalmente al Ayuntamiento en los litigios en que este sea parte.
Otras de sus facultades de la Sindicatura son: comparecer como representante del Ayuntamiento para los efectos de la Ley, en relación a la declaración de la desaparición de Ayuntamientos o Consejos Municipales; solicitar y obtener de la persona titular de la Tesorería Municipal, la información relativa a la hacienda pública municipal, al ejercicio del presupuesto, al patrimonio municipal. Su responsabilidad es medular en el gobierno municipal, por ello, la primera sindicatura preside la Comisión de Hacienda, Patrimonio y Cuenta Pública porque es consustancial, o inherente a sus facultades, e ineludible jurídicamente.
La médica Gloria Balderas fue votada como Sindica, y ocupa en la lista de la planilla, la primera posición, y por ello, asume la Presidencia de la Comisión de Hacienda, Patrimonio y Cuenta Pública, que tiene a su vez entre otras, las siguientes facultades: determinar los temas que habrá de tratarse dentro de la comisión; convocar a las personas integrantes de la comisión; conducir el desarrollo de las reuniones; dar lectura en la sesión de pleno del Ayuntamiento a los dictámenes de su comisión.
Aunado a lo anterior, la responsabilidad y la importancia crecen, en función del trabajo formal y oficial que les corresponde, es decir, que solo la Comisión de Hacienda, Patrimonio y Cuenta Pública, puede realizar, tal como: Dictaminar las solicitudes para enajenar, traspasar, gravar o ejercer cualquier acto de dominio sobre los bienes del Municipio; dictaminar las solicitudes de afectación o desafectación de los bienes del dominio público del Municipio -caso de los cascos, toletes y escudos-; vigilar el correcto ejercicio del presupuesto de ingresos y egresos, del Municipio y proponer los ajustes al mismo; vigilar que los recursos federales y estatales asignados al Municipio, se apliquen en las obras y acciones para los que tienen destino específico; dictaminar el anteproyecto de Ley de Ingresos, así como organizar y garantizar el adecuado manejo del patrimonio municipal.
Esta Comisión tiene, por lo tanto, una particular importancia, porque los mayores actos de corrupción son validados, o frenados desde esta Comisión. Y por supuesto, es un área de poder, ambicionada por las distintas facciones morenistas que intentan controlar el municipio con vistas a la elección del 2027.
Una vez que tenemos clara la importancia para la administración municipal de la sindicatura y la Comisión de Hacienda, le comento el final del altercado sobre la viabilidad de la donación de los artefactos para la policía de Tarimoro. De hecho, este motivo reveló públicamente los desacuerdos, las fracturas, y la división que existe entre los mismos grupos morenistas, y sus aliados como el partido Movimiento Ciudadano.
Un día después de la entrevista que aludo, en el Pleno del Ayuntamiento, se puso a consideración el dictamen de donación de los enseres de usos policiaco, y se votó favorablemente por la mayoría de los integrantes del cabildo, con la negativa de los regidores del Pan, y del Partido Verde. Ese motivo trajo a cuenta, el posicionamiento de la regidora Isabel Herrejón, sobre la posible destitución de la médica Gloria Balderas, la cual consideró un atropello a su investidura por parte del alcalde Ramírez, ya que violentaba sus derechos políticos, y señaló la ilegalidad de ese pronunciamiento.
Recordemos la porfiada ambigüedad y retorcimiento de las ideas que expresa el ciudadano presidente, que motivan una confusión publica, e incluso la autonegación pública y notoria, en momentos críticos, lo cual genera diversas interpretaciones, como fue el caso.
Así, en la sesión plenaria del H. Ayuntamiento, otra vez, el ciudadano presidente hizo gala de su histrionismo, y de forma arrebatada, e iracunda, realizó una exposición intimidatoria, solicitando se comprobase lo afirmado por la regidora:
JMR_ “Póngale donde yo dije, ponga donde yo dije, donde Usted dice que yo dije que le pediré que renuncie. ¡ah! ¡ats! ¡póngaselo! ¡ah!, ¡búsquelo! ¡Y aquí me quedo para que Usted les diga dónde está donde yo dije…que le pediré que renuncie!”.
Isabel Herrejón_ Mire señor alcalde claro que sí, yo le voy a decir…
JMR_ “¡Póngalo por favor! ¡Si no es otra mentira que está usted haciendo…las verdades a medias son mentiras también!”
No es la primera vez que la violencia verbal, intimidante, y discriminatoria a mujeres, es utilizada por el ciudadano presidente municipal, por ello ha sido denunciado en varias ocasiones, y desde luego lo ha desmentido. No hay que dejar de lado, que su llegada se da en una atmosfera de violencia delincuencial, y que su entorno personal es protegido por una decena de escoltas con armas largas, lo que genera temor e inspira miedo, lo cual, es aprovechado maliciosamente para imponerse de forma autoritaria, grosera, pasando por encima de la legalidad y el respeto a la dignidad de las personas.
En relación a lo anterior, cito textualmente el Código de Ética de la Administración Pública Municipal de Celaya: “Las personas integrantes del Ayuntamiento guardarán el debido respeto y compostura en el recinto, en sus peticiones, durante las sesiones y en cualquier acto público con motivo de sus funciones, en congruencia con su dignidad de representantes del pueblo y atendiendo al interés público”. ¿Lo entenderá?
Al inicio de esta columna, referí textualmente lo afirmado por el alcalde, en relación al CAMBIO de la médica Gloria Balderas, en la presidencia de la Comisión de Hacienda. La palabra cambio, la repite mínimo 4 veces, y afirma que se haría por consenso. Para tener mayor claridad, le comento, la palabra “consenso” tiene origen latino y significa “acuerdo, unanimidad”. Se deriva del latín “cōnsēnsus”, que a su vez viene de “cōnsentiō”, que significa “sentirse juntos, estar de acuerdo”. En otras palabras, “consenso” se refiere a un acuerdo alcanzado por el consentimiento de todos los involucrados.
Pero la reglamentación dice otra cosa: “Sólo por causas graves calificadas por las dos terceras partes de las personas integrantes del Ayuntamiento, podrá dispensarse o removerse del cargo a quien integre alguna Comisión, haciéndose un nuevo nombramiento”. Maliciosamente, el presidente municipal puede proponer “el cambio”, pero requiere 10 votos, por ahora, los tiene, pero el voto de la misma médica Balderas, no sería en ese sentido, y quizá el voto de Movimiento Ciudadano, tampoco lo sea, en virtud de la descomposición política que sufre la fracción de Morena, y porque su vínculo lo aleja de la reelección en la regiduría, y en la pretensión de convertirse en la segunda fuerza política en Celaya.
Del mismo modo, el “cambio por consenso” si llegará a consumarse, no sería por una regidora -mujer por mujer-, por las razones expuestas, y porque la reglamentación define que, “El Ayuntamiento podrá acordar el ejercicio indistinto de las facultades de las personas titulares de las sindicaturas por cualquiera de ellos, de manera temporal, cuando sea conveniente para el buen funcionamiento de la administración”.
Sin embargo, bajo el antecedente de coacción que ya existe, el cambio de un hombre -sindico- en la posición de empoderamiento de la mujer en la Comisión de Hacienda, generará violencia política de genero de quien, publica y notoriamente ha expresado el deseo de cambio, por encima del principio de legalidad y del respeto que merecen las representantes populares.
La médica Gloria Balderas, lo expresó en la sesión plenaria del ayuntamiento: “estoy suficientemente capacitada para tomar este cargo, para seguir en este cargo”. “Yo estoy preparada, también, para en su momento, si soy agredida por violencia política de genero dentro de mi partido, poner una denuncia en su momento. Espero que no vayamos a llegar a esto”. ¿Llegarán? Yo creo que sí, la ambición, la intolerancia y el ego los ha desbordado.
REVOLCADERO. El alcalde celayense, después del maltrato verbal, en el pleno del Ayuntamiento, en contra de la regidora Isabel Herrejón, e indirectamente a la sindica Gloria Balderas, y hacia todos y todas las personas que en vieron en vivo su desplante iracundo y autoritario, se fue a regalar rosas rojas a las mujeres que asistieron al festival en la Calzada Hidalgo. Me recordó las palabras de mi querido Seneca: El hombre que finge ser algo que no es, se engaña mas a sí mismo que a los demás.