Opinión

CARNE PARA EL TIGRE Doble o Nada

Por: José Luis Ramírez

Hace tres años cuando faltaban unos días para comenzar la primavera, el ciudadano Ramón Lemus fungía como presidente municipal, la delincuencia hacía de las suyas con tal libertad, que no sabíamos si reír o llorar.

Al ciudadano Lemus, le robaban hasta las coladeras de la presidencia municipal, y decía que eso pasaba porque “subió el acero”. Su director de seguridad, tenía una más risible pero racional explicación: “si se robaron un cajero, que no roben una boca de tormenta”.

A esas fechas, los presidentes municipales panistas ya habían gobernado por mas de 18 años continuos, el séptimo vendría unos meses después, y a su sombra asomaba la cabeza un candidato que pretendía la presidencia municipal por la vía independiente: Javier Mendoza Márquez.  Su presencia no era casualidad, había que dispersar el voto de Morena al precio que fuera.  No ganó la elección, pero cumplió con el objetivo de sus jefes y creadores, la marea electoral de Morena quedó en segundo lugar.

El ciudadano Mendoza, regresó en esta elección, pero ahora como el octavo candidato del Pan, al que había fingido ser opositor desde hacía más de 30 años. La jugada del Pan fue perfecta, su caída en picada tenía que frenarla, y como no podía con Morena, candidatearon al ciudadano Mendoza, e hicieron el matrimonio perfecto que les impidió perder la presidencia municipal, pero solo obtuvieron juntos 65 mil votos.

En la elección pasada el ciudadano Mendoza obtuvo 38,118 votos, y la ciudadana Paniagua 62,586 votos, en total 100, 704; en esta elección uniendo los votos del Pan y del ciudadano Mendoza obtuvieron 66 mil 397 votos, 34,307 votos menos. Por separado, ninguno de los dos le ganaría a Morena.

Morena, la decepción en esta elección, obtuvo 45,700 votos; en la elección pasada fueron 36,544, es decir, creció con 9,156 votos mas que en el 2018, a pesar de que no hubo candidato visible, y ni una campaña de 9 días. ¿Por qué se hundió Morena? En síntesis, para imponer una regiduría que beneficiaba a Polo Almanza, y a los adversarios de Morena.

Los estrategas del Pan, además desarrollaron en todos los frentes una estrategia para no perder con Morena: incorporaron al ciudadano Mendoza a sus filas para atraer a mas votantes; a Morena le cortaron los brazos y piernas desde las cúpulas políticas; a los partidos fósiles los inflaron con apoyo de reflectores para dispersar la votación, porque su aliado nacional, el PRI, estuvo entrampado en sus propios desacuerdos, y bajo el agua, sus militantes le desertaban; a los nuevos partidos los dejaron que se hundieran en sus falsas ilusiones, y solitos ayudaron a la dispersión de votantes; Nueva Alianza Guanajuato, partido local, no hubiera pasada a mas, sin la voz independiente de Ara Morales, con sus denuncias ante el INE, en el debate, y otras problemáticas.

En la ciudad más violenta del mundo, 216,132 ciudadanos no votaron (el 57% de los electores). Cerca de 25 mil ciudadanos, con relación a la elección anterior no salieron a votar, a pesar de tener 3 opciones más.

Decir que el pan ganó sería un error, no pierde la elección porque obtuvo el 17.3% del total de votos del padrón de electores, y de cierto no por métodos convencionales. Por eso es necesario preguntarse: ¿Se puede tener niveles de aprobación y aceptación ciudadana del próximo gobierno, cuando solo un 17.3% de personas votaron por el ciudadano Mendoza? ¿En medio de esta crisis de violencia e inseguridad que pervive desde hace 9 años, con una crisis laboral y falta de ingresos que cada día crece, se puede gobernar cuando tampoco se tiene autoridad política y moral?

El 17% de votantes o electores es el resultado pírrico de una campaña de las cúpulas de colegios de profesionistas, cámaras empresariales, asociaciones de comerciantes, de deportistas, de colonos, de organizaciones campesinas, de productores, transportistas, de periodistas corruptos, empleados municipales, todos ellos fascinados por la oportunidad de cobrar en especie, o en favores en la próxima administración municipal. El ciudadano común, en su mayoría no salió a votar por el ciudadano Mendoza, hablamos del 83%, esa cifra es el símbolo del hartazgo al Pan y a sus políticos. No hay triunfador, y otro fenómeno crece: la inestabilidad política.

Había señalado que los próximos ediles (regidores y síndicos) del ciudadano Mendoza, representan cada uno de ellos, los intereses de los últimos 5 expresidentes municipales, que lo apoyaron para evitar que se perdiera la continuidad de sus negocios presentes y futuros. La repartición del poder político y económico dentro del municipio, será primero entre ellos, y luego con los corporativos que engancharon para la continuidad del panismo, pero no alcanzará como siempre, para los de abajo.

El ciudadano Mendoza, a sus 75 años, llega por segunda vez a la presidencia municipal, copiando y repitiendo las viejas mañas del régimen que se fusionó entre el PRI y el PAN. Pero ahora, se sacó la rifa del tigre, y le abrieron la puerta con carnada fresca. ¿Reiremos o lloraremos?

Revolcadero.

Faltan algunos meses para que la Presidencia municipal, se vuelva a llenar con lo mismo.