Por: José Luis Ramírez
La Mamba Negra o “Black Mamba Sandcat” es el apodo con el que identifica la Secretaria de Seguridad Ciudadana Municipal, a un vehículo blindado que sirve para trasladar como en desfile del 20 de noviembre a los jefes de la seguridad municipal. Este artefacto, puede transportar a 13 pasajeros, y se oferta para brindar una alta capacidad de movilidad al emplearse en cualquier terreno para llevar a cabo “operaciones tácticas policíacas”. Fue recibido el año anterior en un paquete de apoyo del Gobierno del Estado, cercano a los 100 millones de pesos, que se destinaron para la compra de patrullas, y equipo de seguridad.
La verdadera Mamba Negra, es una serpiente extremadamente venenosa que habita en diversas zonas del África subsahariana. Nuestro costoso remedo, es un artefacto blindado que hoy sirve para exhibición en el Auditorio Francisco Eduardo Tresguerras, y como un monumento a la inutilidad, y al desperdicio de dinero. Debo decirle, en ese mismo espacio hay otras dos de la FSPE estatal. Lo digo por el repetitivo pretexto de que no tienen dinero para atender la seguridad, pero por otro lado, el ciudadano Presidente Mendoza presta camionetas, armas, equipo, y elementos policiacos a nuestros municipios vecinos.
La insistencia de asumir responsabilidades más allá de su mandato legal, o nos hablan de un protagonismo insensato, o de actos sinsentido. El ciudadano Javier Mendoza Márquez, nuevamente se pronunció a favor de que la seguridad pública se vea de una manera regional, y aseguró que “de nada sirve que se fortalezca y blinde Celaya si está rodeada de municipios donde impera la violencia”. Como opinión vale, pero como acción, bajo el supuesto de que Celaya “está blindada” es una tomada de pelo.
El ciudadano JMM presume la falta de recursos, y por otro lado pretende ser “subsidiario y solidario” con los Apaseos. Dice “Tenemos que apoyar a los municipios… como es el caso de los Apaseos… saben que Apaseo el Alto está caliente, si no los apoyamos a ellos, por más esfuerzo que hagamos nosotros, se nos seguirá contaminando el ambiente social aquí en Celaya”. Nos matan policías a la luz del día, a mujeres, niños, jóvenes y ostenta una fortaleza que la nota roja internacional exhibe como una vulgar patraña.
La responsabilidad del Gobierno del Estado, que posee una cantidad superior de recursos para enfrentar la inseguridad en los municipios, pretende asumirla el ciudadano JMM, pasando por alto que si de recursos económicos se tratase para la seguridad y procuración de justicia, el gasto hecho para ese rubro, por el Gobierno del Estado de Guanajuato en los últimos nueve años, superó 15 veces el presupuesto anual de nuestro municipio. De tal manera que su pretensión de blindar la región, hecho que no hizo y no puede hacer el Gobierno Estatal, es tan ridículo como intentar curar el cáncer con aspirinas. ¿Es ingenuo, o solo juega a los policías y bandidos?
El ciudadano JMM y el Ayuntamiento son corresponsables de cada muerto, de cada extorsión que hoy van en aumento, de cada robo, de cada negocio que cierra sus puertas por temor; son responsables de esta ciudad que se está cayendo a pedazos. Es un hecho, la propuesta de seguridad del ciudadano JMM es hasta ahora un salpicadero de saliva sin sentido, sin rumbo, sin coherencia.
A 38 días de su llegada a la nómina municipal, solo ha mostrado, que es una mala copia del gobierno anterior. Su gobierno ha presumido proyectos de seguridad, entre otros, la policía cibernética, la Smart City, armar a los agentes de tránsito y vialidad; ahora, una policía especializada en extorsión -cosa que suena mas a amenaza que a solución-. En fin, cada ocurrencia entraña una violación a nuestra carta máxima, y una ilusa competencia con la policía estatal y federal que son los competentes para perseguir, investigar y sancionar los delitos.
¿Tiene que cruzarse de brazos, el ciudadano Mendoza Márquez? Desde luego qué no, hay mucho trabajo por hacer, en primer lugar tener una policía municipal capacitada, confiable, honesta que responda en la medida de su competencia, a los reclamos básicos de prevención de robos a transeúntes, robos a negocios, vigilancia y supervisión de las calles con las más de 400 cámaras que se encuentran en operación, auxiliar a la población en casos de violencia familiar, apoyar a la policía estatal y federal en acciones coordinadas, pero pretender suplirlas con las manos vacías y la lengua suelta, es una vulgaridad.
Un asunto fundamental, que puede desencadenar mayor incidencia delictiva, es que los servidores públicos sigan inmersos en la corrupción, y en el uso faccioso de los recursos públicos. Porque los empleados que firman una nómina cada quincena, y ocupan su puesto y su tiempo para extorsionar al comercio ambulante, a los negocios ilícitos, al cabildeo para favorecer con su voto a “empresarios” que venden o compran servicios, es un espejo y una invitación a las actividades fuera de la ley, y a la impunidad.
A manera de ejemplo, retomo lo que señalé hace unas semanas, están pagando facturas de campaña de manera disfrazada. En relación al Programa Municipal de Gobierno, en el mes de mayo, cuando era candidato el ciudadano Mendoza, “garantizó que estaría listo antes de que terminará la campaña”. Han pasado 7 meses, y lo que parecía una aportación gratuita, ahora tendrá un costo –dicen- de medio millón de pesos. Quien lo realizará será Enrique Lemus Muñoz Ledo, tal como lo hizo para los expresidentes Ismael Pérez Ordaz, Ramón Lemus –su hermano-, y para Elvira Paniagua, El machote es el mismo, así que es un negocio redondo. ¿Con qué autoridad moral pretende combatir la delincuencia?
Revolcadero.
“Non equidem ambigui dictis mihi fidere amici, Certum est ut lacrimys nec Crocodile tui”. “Estoy determinado a no fiarme de los dichos de un amigo voluble, como tampoco de tus lágrimas, cocodrilo.”