El ejército y la marina de México parecen ser la solución a todos los problemas que urge atender en nuestro país. Así que les da la vida para atender con el plan DNIII a los hermanos damnificados de Chiapas y Oaxaca, ahora también a los de municipios costeños de Guerrero, asumir la tarea de la seguridad del país ante la incompetencia de los cuerpos policiacos de los municipios y de los Estados encabezar las bases de operación mixta en los Estados, atender las labores propias de la vida en los cuarteles y por supuesto "salir al quite" con los desfiles cívico-militares… para que luzcan hay que esperar la participación del personal militar.
Mientras que sigue sin resolverse la polémica ociosa de los legisladores para regresarlos a sus labores propias de la milicia….
Es verdad que las desgracias de los mexicanos del istmo demandan toda la atención y hace sentido que todo el gabinete presidencial esté al frente de las labores de reconstrucción, es una labor que tomará muchos meses y demanda toda la capacidad del Estado para una operación eficiente, rápida, coordinada y con la participación de todos los ciudadanos afectados que ven por la recuperación de sus pocos bienes.
¿Cuánto tiempo deberán estar los miembros del gabinete presidencial en cada una de las zonas afectadas por los fenómenos naturales? Por lo pronto se están tomando recursos federales de donde se pueda… los seguros contra desastres naturales están agotados, no hay reservas y son los tiempos de análisis del presupuesto federal.
Por desgracia prevalecen dos temas en la preocupación de todos los mexicanos: la inseguridad y la falta de empleos.
También es una desgracia que los funcionarios de los poderes, federal y de los Estados estén con las evaluaciones más bajas que hayan tenido desde que se aplican estas metodologías de opinión pública para saber qué piensan los mexicanos de sus gobernantes; no obstante que el país padece las consecuencias de una partidocracia asfixiante, la agenda político-electoral del 2018 es el tema que ocupa a los partidos, decididos a no ver las urgencias del país, ciegos ante la realidad que en gran medida es consecuencia de la corrupción en las estructuras de los poderes de la nación y de los propios partidos de donde provienen.
Indolencia y corrupción podría ser la manera de definir los casos como el Estado de Guanajuato que se tomó años presumiendo las tecnologías para la seguridad, que al margen, de la opacidad con la que se adquieren, solo han servido para dar tiempo a que se posicionen las organizaciones de delincuentes y que ahora tiene que tomar decisiones con carácter de urgente para que se establezca el mando único, encabezado por el comandante de la zona militar. Casi todo el sexenio para reconocer que no saben qué hacer y ahora la coordinación interinstitucional estará en manos del mando militar del Estado, hay que ver que en efecto estén subordinando su actuación a las estrategias propuestas por el comandante de la región militar.
Mientras tanto será el ejército quien deberá tomar las decisiones para detener el deterioro de la confianza de los ciudadanos en sus autoridades, si logran detener la espiral de violencia y muerte que se padece en todas las regiones del estado.
A propósito de las ceremonias del "grito", que bueno que los mexicanos que acudieron a dichas ceremonias pudieron vivirlas sin contratiempos que lamentar, sin ataques, atentados o incidentes que afectarán el recuerdo de los hechos históricos de nuestra independencia.
Cuando el cura Hidalgo convocó a sus feligreses fue enfático en gritar "Muera el mal gobierno. ¡Fuerte la expresión! Tan fuerte como gritar en sentido positivo ¡Viva México!
Hasta la próxima PROSPECTIVA.
José Gerardo Mosqueda Martínez,
Presidente del Instituto de Administración Pública de Guanajuato
presidente@iapguanajuato.org, gmg@gerardomosqueda.com.mx
gerardomosqueda/ mosquedagerardo