Celaya, Guanajuato; Su historia comenzó hace seis años, justo cuando en la empresa donde trabajaba lo despidió, Don Timoteo Salazar, es originario de Puebla, y viaja de ciudad en ciudad, de estado en estado en busca lo que él dice “una ayuda que no daña a nadie”.
“Yo empecé hace seis años, trabajaba en una empresa donde bacheaba calles y pues me quedé sin trabajo, somos tres los que viajamos, y nos hemos recorrido todo el país, juimos a Tamaulipas, a Monterrey, a Sinaloa, a todos esos lugares, nada más que si, en algunos lugares como en Tamaulipas nos confundieron , quesque éramos informantes del gobierno y nos tuvimos que ir porque allá si nos dio miedo, los malos son los malos”, dice Don Timoteo que planea quedarse en la ciudad de Celaya por quince días y seguir su camino nuevamente hacia el norte del país.
Considera no hacer daño a nadie, solo pide una ayuda y a los automovilistas, ya que con sus recursos invierte para colocar asfalto preparado en donde observa hay demasiados baches, en esta ocasión se colocó en la avenida Salvador Ortega: “aquí llegamos temprano, en general la gente nos apoya nos da un poquito de lo que invertimos, tenemos que sacar para dormir, un hotel, la comida, y lo que le ponemos aquí a veces nos va bien y sacamos 600 pesos”.
Su inversión oscila entre los 1200 y mil 1600 pesos, y en su mayoría de las veces recupera su inversión, su jornada laboral es de sol a sol, y le gustaría colocarse su gorra para no sentir el calor, sin embargo la usa para pedir su cooperación.
“Pedimos nos apoyen, donde podemos trabajamos, también nos persiguen los policías y nos quitan nuestras cosas o nos detienen, y les explicamos que así es la forma nuestra de ganar un salario, porque no tenemos trabajo, yo les pido que cuando nos vean pues nos ayuden, no le hacemos daño a naiden, ya juimos a Irapuato y bueno ahora estamos aquí, en general nos trata bien la gente”.