Celaya

Salvemos a “Tigrillo”

Todos los días por la mañana cuando paso por su zona, en la esquina de Margarita Paz Paredes y Gabriel Leyva, en la tercera Sección de GIrasoles, veo a “Tigrillo”, un perrito semi abandonado por su dueño.

Vive en lo que sería la cochera y un jardín, convertido en basurero, indigno para el que debería ser un miembro de la familia.

El perrito de pelaje gris, que no deja ver la mugre que se acumula desde hace semanas, “vive” en una casita en la que solo hecho bolita cabe, pero si hay lluvia no lo protege como a veces tampoco lo hace el sol.

Ya hizo algunos hoyos en donde al parecer busca calor o refrescarse, depende el clíma.

El terreno en el aue se desarrolla esta lleno de basura y sus heces están regadas por todo el área.

Una palangana de plástico azul contiene agua que está en la intemperie y a pleno sol que cuando tiene sed, “Tigrillo” la bebe caliente y con tierra.

Su alimento, es un puñado de croquetas que se las dan en una charola blanca, sin importar si las come o no, porque a veces están regadas.

“Tigrillo” como buen guardían, lanza ladridos amenazantes cuando alguien pasa cerca del barandal, el que otrora tenía algunas plantas trepadoras y que rodeaban la casa.

Pero ahora le colocaron dos lonas, con la pretención de tapar las miserables condiciones en que vive el perrito, abandonado todo el día, salvo a la hora que el dueño le lleva un puñado de croquetas.

El pobre animal en ocasiones se escapó al brincar entre las rejas, pero su fidelidad siempre lo hizo regresar, pese a las pésimas condiciones en que vive.