Opinión

Recordando la inundación de Celaya

Sergio Hernández N.

A propósito de las lluvias que se registraron en los últimos días, recordé la inundación que se registró en Celaya, precisamente un 17 de agosto de 1973, que fue una de las peores de que se tenga memoria y de las que se escribieron muchas notas informativas que permanecen en los archivos de las hemerotecas.
La inundación se debió a que durante unos 20 días se registró lluvia todos los días y noches, pero después se supo que por malos cálculos de los ingenieros encargados de la antigua Secretaría de Agricultura y Recursos Hidráulicos -SARH-, abrieron la presa “Ignacio Allende” que permaneció cerrada porque no consideraron el exceso de lluvia.
Así, con el desfogue, el cauce del río Laja se incrementó considerablemente, hasta conducir 400 metros cúbicos de agua por segundo y a su paso por los municipios abajeños, comenzó a causar problemas de inundaciones como en Dolores Hidalgo y Comonfort, aunque lo peor se registró en Celaya.
Desde la noche anterior, las autoridades municipales, a través de la policía principalmente -no había Protección Civil -PC- como ahora-, anunciaban el riesgo de desbordamientos en varias partes del río Laja, principalmente en las curvaturas cerca del puente del ferrocarril – que ahora es la zona por Liverpool- y otras cercanas al puente Tresguerras.
Aunque se hicieron esfuerzos por tratar de contener las avenidas al colocar costales con arena, no se logró, el agua los rebasó y en la noche fue incontenible; comenzó inundar a las tres colonias que después se concentraron en una como “Las Insurgentes”, hasta que el agua se detuvo con las vías y para desfogarla, se cortó un tramo del bulevar.
Esa apertura causó más problemas pues inundó la colonia Jardines de Celaya, para continuar al sur y causar daños a la comunidad -ahora colonia- de Trojes en busca del cauce natural.
Pero el problema no terminó ahí, las inundaciones siguieron sobre las calles de Tampico, parte de Agustín Arroyo Chagoyán -Arroyo Ch- en la Alameda, Madero hasta llegar frente al mercado Morelos, porque las avenidas se fueron por la calle Venustiano Carranza, rumbo a la Alameda.
El agua no dañó el templo del Zapote por estar construido en un montículo y quedó rodeado como en una isleta, al igual que la Alameda.
Las viviendas más dañadas fueron las que estaban construidas de ladrillos de adobe y cayeron tanto las de la colonia Las Insurgentes, como casi la mayoría de la calle Tampico.
Ahora como resultado de los desniveles que hay por la ruta o trazo del río Laja, una de las empresas afectadas es la Honda, en donde no se tomó en cuenta el riesgo, porque después de que ya pasaron 51 años de la histórica inundación, las nuevas generaciones no la consideraron de que podría volver a ocurrir.