Al nuevo gobierno se le exigirá mucho…
Por Íñigo Javier Rodríguez Talancón.
“Sí en la vida ordinaria del amor al odio hay sólo un paso, en política de la adhesión al repudio, también…”
Recordemos la llegada de Vicente Fox a la presidencia de la República, entre la expectación de muchos de que ocurrieran cambios sustantivos después de una larguísima serie de gobiernos priístas, corruptos y autoritarios; sin embargo, al cabo de un año toda esa ilusa algarabía se había ido al pozo, pues el “señor de las botas” pronto nos descubrió su verdadero carácter pusilánime, y nunca se atrevió a gobernar…
La “efemérides” viene a cuento, ya que en Celaya vivimos ahora algo parecido: se ha dado por fin una transición después de nueve trienios consecutivos de malos gobiernos panistas. Morena ganó con márgenes muy amplios todas las posiciones políticas puestas en la disputa electoral. La legitimidad del nuevo gobierno nadie la podrá poner en duda, mucho menos aquellos que perdieron por “paliza”.
De este modo parecería que todo está dispuesto para el ejercicio de un gobierno diferente y no inclinado a traicionar, como en su momento lo hizo “el palurdo de San Cristóbal”, las grandes expectativas ahora vigentes.
Debo comentar que está por llegar la “hora de la verdad”, donde las especulaciones que han rondado sobre el cariz del nuevo gobierno quedarán atrás, y este develará ya sin ambages: el Profe Juan Miguel Ramírez nos ha anunciado que para mediados del mes en curso presentará los nombres de aquellas personas que integrarán su gabinete administrativo; con el destape de quienes fueron considerados a ocupar esos importantes cargos, y de cuáles son sus méritos cívicos, profesionales, académicos, o de cualesquier otra índole, nos estará diciendo hacía donde pretende llevar a su gobierno.
Los ahora “ilusionados” no esperan que en este gabinete se asome el nepotismo, el pago de facturas (si acaso las hay), la presencia de chapulines oportunistas, la ratificación de funcionarios con apegos indisolubles con los corruptos gobiernos panistas, de gente groseramente improvisada, o de cualquiera otro parásito de aquellos que hemos padecido por décadas.
Al nuevo gobierno se le exigirá mucho, como mucho fue el apoyo electoral recibido; el reto que esto les representa será mayúsculo pues deberán encontrar muy pronto la forma de articular políticamente ese gran apoyo recibido, ya que nadie se lo ha otorgado gratuitamente.
La bonhomía que proyecta la figura del Profe debería empatarse desde el principio con la percepción de un gobierno probo y atento al interés general; la de un líder serio que no se dejará seducir por los “cantos de sirena” con que algunos intentan envolverlo…
Está por terminar la larga noche de los malos gobiernos panistas. Creo que el Profe está consciente del riesgo que se cierne sobre la nueva administración, de decepcionar con una gestión de gobierno mediocre o anodina; de que existe un gran descontento en Celaya que permea ya todos sus ámbitos comunitarios, y que ante cualquier advertida traición a sus expectativas de cambio pudiese fácilmente trocarse en abiertos rechazos a su causa gubernativa; y que esto determinaría manifestaciones aún más graves de descomposición social; mismas que su gobierno tendría que lidiarlas con cada vez menos recursos políticos.
Con el retiro de estos gobiernos panistas –que esperemos sea definitiva- se puede abrir una vía de conciliación social que acaso permita atemperar las inercias negativas que hemos soportado. Celaya necesita un respiro de aire fresco pues los miasmas emanados de un cuerpo social en plena descomposición, que nos han heredado, impregnan los ambientes de nuestra sociedad, intoxicándolo todo.
Así que no agradezca Profe, mejor reserve su gratitud para el final de su mandato…
Otro Dicho:
Hacia el final de su gobierno, Calderón adquirió para el uso y confort del gobierno entrante, el de Peña Nieto, un avión de lujo que “ni Obama tenía”, y con este generoso gesto el primero compraba del segundo, su impunidad, como así sucedió… En el ámbito doméstico ha trascendido que Javier Mendoza, quien “gracias a Dios” ya se va, acaba de adquirir tres camionetas blindadas de lujo (con un gasto de más 12.5 millones de pesos) para los nuevos administradores de la comuna… y que además pretende asignarse uno de estos vehículos para su uso personal durante el primer año ya fuera del gobierno… de aquí surgen varias preguntas: ¿acaso con este desprendido gesto tardío busca comprar impunidad? … ¿en qué supuesto derecho funda su pretensión de adjudicarse para su uso personal un bien público después de terminado su mandato?… y qué, ¿él no tiene dinero suficiente para obsequiarse este lujo?