Opinión

LA “MAFIA DEL PODER” LOCAL TAMPOCO TIENE LLENADERA…

EL “PARQUE INTERMODAL”, UN NEGOCIO ENTRE PARTICULARES A COSTA DEL INTERÉS GENERAL.

Por Íñigo Javier Rodríguez Talancón.

Javier Mendoza, este tortuoso y manipulador personaje nos ha amenazado con su pretensión de quedarse tres años más al frente del Municipio; el motivo, según pretende justificar, es concluir algunos proyectos que, en sus palabras, “llenarán de orgullo a todos los Celayenses”.

Pero ¿cuáles podrían ser esos sus proyectos pendientes de conclusión que nos harán sentir tan orgullosos del terruño? Pues bien, aquello en lo que el alcalde ha invertido prácticamente todo su tiempo, esfuerzo y atención se reduce en realidad a una cosa en particular: un “parque intermodal”. Esto, según él nos explica, pretencioso, convertirá a Celaya en el “centro neurálgico del tránsito e intercambio de mercancías del centro del País”. Algo que de concretarse llenará de orgullo a muchos ilusos, y también hinchará los bolsillos de algunos pocos aprovechados. ¿Por qué afirmo esto?

Hay que empezar por definir qué es ese mentado “parque intermodal” que parece sólo algunos iniciados entienden. Más allá de esas rimbombantes definiciones pseudo técnicas que tanto gustan a los panistas, se puede definir en términos más prosaicos de la siguiente manera: un conjunto de grandes depósitos o bodegas de mercancías en tránsito, y de infraestructuras para su manejo de carga y descarga, teniendo a los trenes y vías férreas como conductos para su recepción, distribución y asignación de destinos.

¿Y cuál es su importancia estratégica y logística? Como es bien sabido, en Celaya y su región se da un importante “empalme de vías”: de este a oeste por las vías que conectan el puerto de Manzanillo pasando por la ciudad de Guadalajara y hasta la Ciudad de México, y de norte a sur por las vías que discurren desde el puerto de Lázaro Cárdenas hasta Saltillo, y posteriormente a Monterrey, para cruzar finalmente a los Estados Unidos y Canadá.

De acuerdo con esta innegable importancia ¿por qué este enorme proyecto se ha dejado a la iniciativa e incumbencia sólo de privados? Pues porque -y he aquí dónde las cosas empiezan a torcerse- “se han pasado de listos”, y pretenden aprovecharse de que el nuevo régimen de la 4T aún no ha llegado a Guanajuato.

Y es que este proyecto del susodicho “parque intermodal” que originalmente se propuso como una inversión pública y privada –situación que tampoco se justificaba-, quedará finalmente en ese último ámbito: será el negocio de una persona moral y solo para su beneficio, a la que se le da en exclusiva la explotación de este rico filón estratégico del tránsito e intercambio de mercancías: “Intermodal de México, SA de CV”,  filial del Grupo México, propiedad del abusivo y controvertido magnate Germán Larrea.

¿Y quiénes son los otros potenciales beneficiarios o “socios circunstanciales” de esta empresa del giro intermodal? Pues precisamente la “mafia del poder” local a que refiero en el título del artículo: los mismos empresarios inmobiliarios que aprovechándose de manera alevosa de un conocimiento privilegiado sobre este importante proyecto están prestos a invertir en multitud de terrenos que puedan destinarse a parques industriales ¡No tienen llenadera…!

Sin embargo, estos fáciles y pingües negocios -y los que a futuro se les ocurra montar-, que, insisto, se perfilan para beneficio único de agentes privados, tienen cuatro grandes inconvenientes que quizás sus promotores en su avidez y por pasarse de listos aún no han podido visualizar:

  • Porque más allá del simple oportunismo comercial existe un claro conflicto de intereses, pues esos actores se han aprovechado en modo indebido de un conocimiento privilegiado dado acaso en componenda por la misma autoridad municipal competente.

 

  • Porque, por la magnitud de este proyecto en marcha, su importancia estratégica e incumbencia de índole federal (como corresponde a un puerto interior), es incompatible con las políticas públicas del actual régimen que encabeza el presidente López Obrador, y que con toda seguridad seguirá observando su sucesora.

 

  • Porque en el proyecto original del “Ferroférico” –que está por concluir- se contempla como propósito principal uno de beneficio social: aparte de suprimir totalmente los cruces de trenes por el área urbana de Celaya, la utilización de los terrenos que deje la desocupación de la vías férreas para el trazado de vialidades de enlace o secundarias, y la construcción varios parques lineales dotados de áreas verdes y recreativas, de infraestructuras culturales y deportivas, ciclo vías, etc., para beneficio, esto sí, de todos los celayenses; en pocas palabras, la oportunidad para una enorme reforma urbana de una ciudad hoy segregada, desfigurada, caótica y violenta.

 

  • Porque pretender que esas vías férreas que ahora cruzan la ciudad no sean desmontadas y sigan siendo utilizadas para propósitos de ese proyecto del “parque intermodal”, cancelando así esa parte de beneficio social del proyecto original del “Ferroférico”, equivaldría a apropiarse sin base legal alguna de esos amplios terrenos que son ya propiedad del Municipio.

 

Abundando en esto último, es importante señalar que cuando la zona “federal” que se constituye sobre terrenos del trazado de una vía férrea, es alcanzada o envuelta por el crecimiento urbano de cualquier población, como es el caso, la condición de federal se troca en municipal (esto se infiere con claridad de lo dispuesto por el artículo 27 de la Constitución General de la República); así que los terrenos que actualmente ocupan las vías del tren son ya del Municipio, por lo que urge se vayan. Ninguna empresa particular como lo es Kansas City Southern, Ferromex o la referida “Intermodal de México, SA de CV” pueden disponer o apropiarse de ellos.

Por otra parte, el supuesto proyecto alterno de un “tren interurbano” como motivo para no quitar esas vías, más bien parece un cuento inventado a manera de pretexto para disimular esos inconfesados propósitos: cancelar, para único provecho de ese negocio entre particulares, esa parte del proyecto original del “Ferroférico” consistente en obras e infraestructuras de beneficio social.

Sólo queda preguntarse: ¿cuál es el interés del alcalde en este asunto, al que ha dedicado todo su tiempo, atención y esfuerzo, y por el que aspira a quedarse otros tres años? ¿Hay acaso algún otro interés personal inconfesado? ¿Ha utilizado el conocimiento privilegiado de este proyecto para su beneficio, o para el beneficio de terceros con los que tiene relación e intereses? De ser así estaría incurriendo en un grave conflicto de intereses. Al tiempo…