Opinión

GRITAR DE ALEGRIA. Palabras Libres.

Por: Ara Morales

De todas las ayudas sociales que reciben los ciudadanos del Estado, la jubilación es una de las más apreciadas. La palabra tiene sus raíces en el latín Jubilare que significa Gritar de Alegría.

Sabemos que en la antigua Roma, había un complejo sistema de impuestos y gastos públicos. Los romanos concedían la jubilación a los soldados del ejército que cumplían el servicio de 25 años, algo que raramente sucedía pues era normal que los militares romanos murieran antes de los 25 años de servicio. La jubilación en la antigua Roma consistía en entregarles una parcela de terreno y doce años de salario al militar jubilado. No obstante que el número de jubilados era relativamente bajo, en muchas ocasiones Roma tuvo serios problemas económicos para sostener el pago de las jubilaciones.

Después de la caída del imperio Romano, las iglesias tratan de paliar el sufrimiento de los campesinos, obreros y trabajadores con asilos, orfanatorios y hospitales, pero siempre bajo el concepto de caridad, no como un derecho para atender algunas de las preocupaciones de los seres humanos: enfermedad, incapacidad, vejez y muerte.

A comienzos de la década de 1880 los obreros y trabajadores, basándose en las teorías de Carlos Marx y Federico Engels, demandaban por toda Europa reformas sociales. La idea del primer sistema jubilatorio nace 1889 como respuestas a las demandas sociales de los trabajadores alemanes.

En Alemania el Canciller Otto Von Bismark creó un programa de seguro social para la vejez en Prusia, en que el gobierno nacional contribuiría a las pensiones de los alemanes mayores, ya que el canciller sustentaba que los alemanes incapacitados para trabajar por edad e invalidez tienen el derecho de ser cuidados por el Estado. Cuando Bismark crea el sistema de jubilación, la esperanza de vida era de 43 años, y finalizando la Segunda Guerra Mundial apenas superaba los 54 años. Este sistema de jubilación solo estaba disponible para aquellos que superaban los 70 años, es decir alrededor de 30 años más de lo que normalmente vivía un trabajador alemán, de esta manera la jubilación solamente estaba disponible para los ricos y políticos de avanzada edad, ya que este selecto grupo de personas eran los que superaban la edad necesaria para ser jubilados.

Mientras tanto en México, después de consumarse la Guerra de Independencia, se orientan todos los esfuerzos a crear un Estado Mexicano e impulsar el campo, el desarrollo, la educación y la tecnología. Sin embargo bajo  el régimen de Porfirio Díaz, los campesinos, los obreros y trabajadores vivieron jornadas laborales inhumanas, bajos salarios, nulo acceso a la educación y mínimas prestaciones sociales, es por eso que desde medianos del siglo XIX los obreros y campesinos de México lucharon por mejores condiciones de trabajo. Es hasta la Revolución Mexicana que estas demandas se plasmaron en la Constitución de 1917, logrando así la creación de los derechos de los trabajadores de México con el artículo 123, que  actualmente dice, “Toda persona tiene derecho al trabajo digno y socialmente útil; al efecto, se promoverán la creación de empleos y la organización social para el trabajo, conforme a la ley”.

Gracias a este avance, en 1925 se expidió la Ley de Pensiones Civiles y de Retiro, con la que se protegía a todos los trabajadores del Servicio Público, excepto militares, incluyendo los de carácter docente y aquellos cuyos cargos y remuneraciones estuvieran numerados en las Leyes Orgánicas del respectivo servicio, o en el presupuesto de egresos.

Se creo a partir de esta ley, un fondo de pensiones en que se depositaban aportaciones de los trabajadores y del Estado, para brindar un sustento económico a los trabajadores al final de su vida laboral, ya sea que su retiro fuera por edad avanzada o invalidez, la reivindicación de los derechos de los trabajadores había comenzado.

La iniciativa de fundar el Instituto Mexicano del Seguro Social se planteó durante el gobierno de Lázaro Cárdenas, pero fue hasta el 19 de enero de 1943 que nació dicho instituto. A partir de entonces su finalidad sería garantizar el derecho humano a la salud, la asistencia médica, la protección de los medios de subsistencia, y los servicios sociales necesarios para el bienestar individual y colectivo. La Ley Orgánica determinó que su gobierno estaría integrado de manera igualitaria por representantes de los trabajadores, los patrones y el gobierno federal, a partir de 1949 los beneficios se extendieron del trabajador a sus familiares directos.

Después de la proclamación de la Ley de Pensiones de 1925, los avances en el registro de los trabajadores y la creación de organismos tales como el Seguro Social y el ISSSTE, así como la creación de los procesos correctos para la atención médica, pensiones, jubilaciones, guarderías, deporte y recreación, se realizó de manera paulatina. Es hasta 1973 que se publica la Ley del Seguro Social, en la cual se numeraban las diferentes prestaciones, guarderías, atención médica y por supuesto, las pensiones, así como los requisitos de cada una, dando inicio al llamado régimen 73.

Todo parecía ir bien, hasta que en el 1985 los fondos se acababan más rápido de lo que se recuperaban, a partir de esto, se empezó una nueva búsqueda de procesos y soluciones que permitieran contar con fondos suficiente para todos los trabajadores, incluso en el futuro. Es así como en 1995 se publica una nueva Ley del Seguro Social, que entraría en vigor el 1° de Julio de 1997, dando paso al actual Régimen de 1997.

Este Régimen 1997, trajo el nuevo sistema de pensiones; se creó la Comisión Nacional del Sistema de Ahorro para el Retiro como un órgano desconcentrado de la Secretaría de Hacienda y Crédito, de tal manera que las personas que comenzaran a trabajar después del 1° de julio de 1997, ya no gozarían de jubilación sino del ahorro hecho durante su vida laboral.

Es decir, todas las personas inscritas antes de dicha ley tendrían jubilación acorde al régimen anterior, en cambio, los inscritos después de 1997, habrían de comenzar a ahorrar en una cuenta individual para el retiro. Así surgieron las instituciones financieras “Afores” que significa Administradoras de Fondos para el Retiro, donde el empleador aporta el 5%, y el trabajador el 5% para ese ahorro. El trabajador puede realizar aportaciones extraordinarias que incrementen su fondo para el retiro, y puede retirarlo únicamente a partir de los 60 años. Es un ahorro, y no una pensión que, en la práctica, solo vino a beneficiar a las empresas administradoras del dinero de los trabajadores.

El 2021 fue el año de la primera generación de pensionados por afores, se pensionaron 29,720 trabajadores, el 95% se benefició por la disminución en las semanas de cotización de 1250 a 750; en cuánto al género, el 55% fueron hombres y el 45% fueron mujeres. Después de 24 años de administrar el dinero de los trabajadores se entregan sus fondos ahorrados.

Hasta enero pasado, las 10 Afores que hay en el país, administraban 6.02 billones de pesos en recursos para el retiro de los trabajadores, este monto representa casi el 20% del PIB del país, o el 66% del total del gasto público aprobado para 2024, que es de 9.06 billones de pesos.

De acuerdo con cifras de la Comisión Nacional del Sistema de Ahorro para el Retiro (CONSAR), de enero a diciembre del 2023, las 10 afores que operan en México REGISTRARON INGRESOS POR COMISION QUE SUPERAN LOS 30 MIL 327 MILLONES DE PESOS, cifra 7% superior a lo reportado en 2022 cuando se percibieron 28 MIL 327 MILLONES DE PESOS.

Observe usted la cantidad ganada por guardar en una alcancía el dinero de los trabajadores. Con el total de ese dinero obtenido por COMISIONES en dos años, se pudieron haber construido 58 mil 654 casas, con un valor de 1 millón de pesos cada una, beneficiando el doble de retirados en la primera generación del 2021.

La comisión promedio que desde el 2021 cobran la mayoría de las afores a las personas con un fondo de ahorro para el retiro es de 0.57%, salvo Afore Coppel y PensionISSSTE que cobran 0.56 y 0.53%, respectivamente.

Como usted observara hay mucha diferencia entre una pensión, y un ahorro. El expresidente Ernesto Zedillo, entregó un cheque en blanco a las empresas de AFORES, al obligar por Ley, que los trabajadores y patrones les entregaran los ahorros por miles de millones de pesos para hacer un cochinito, por el que cobrarían miles de millones por cuidarlo -administrarlo-. Eran los negocios neoliberales.

En febrero de este año, el presidente López Obrador anunció un paquete de reformas constitucionales,  donde se incluyó la creación de un “fondo semilla” para FINANCIAR LAS PENSIONES DE LOS TRABAJADORES. El lunes 22 de abril del presente, la Cámara de Diputados aprobó la creación del FONDO DE PENSIONES PARA EL BIENESTAR, una iniciativa que reforma la Ley del Seguro Social, la Ley del Infonavit, la Ley del ISSSTE, y la Ley de los Sistemas de Ahorro para el Retiro.

El proyecto de ley establece que el objetivo del Fondo de Pensiones para el Bienestar será garantizar que toda la ciudadanía tenga acceso a una pensión digna con el 100% del último salario obtenido. Además, la reforma obliga a las Afores, a transferir al Fondo de Pensiones para el Bienestar los recursos de los trabajadores, de  70 años de edad que no hayan solicitado la devolución de los saldos de sus subcuentas de retiro, cesantía en edad avanzada y vivienda, recordemos que el trabajador puede solicitar su ahorro a partir de los 60 años. Se espera recolectar un total de 40,000 millones de pesos por este medio.

El Gobierno explicó en un comunicado que el resto del financiamiento del fondo provendrá de las incautaciones del Instituto para Devolver al Pueblo lo Robado, de los recursos del proceso de liquidación de Financiera Nacional de Desarrollo Agropecuario, Rural, Forestal y Pesquero, y también de las utilidades de entidades paraestatales como el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA) y el Tren Maya.

La modificación al artículo 302 de la Ley del Seguro Social, que se aprobó el lunes pasado, establece que el Fondo de Pensiones para el Bienestar contará con un comité técnico, que asumirá estas funciones dentro del fondo. De acuerdo con la Comisión Nacional del Sistema de Ahorro para el Retiro (Consar), autoridades financieras como Banxico y la Secretaría de Hacienda formarán parte de este grupo, por lo que se comprometen a que LAS CUENTAS DE LOS TRABAJADORES ESTARAN SEGURAS.

 

Finalmente, lo que hace la gran diferencia, es que los patrones seguirán aportando el 13% del salario del trabajador, los trabajadores el 6 y el 7%, y deberán cotizar al menos 750 semanas; con el Fondo de pensiones del bienestar, podrán jubilarse, no con el 40% de su salario promedio, sino el 100% de su salario. Es decir, el nuevo Fondo creado, aportara el 60% para una pensión digna de los trabajadores, replanteando un modelo con justicia social, y terminando con el lucro y el abuso de los aforistas del pasado.

 

AL FINAL

FONDO DE PENSIONES PARA EL BIENESTAR, asegura el retiro con el 100% del último salario obtenido, es un acto de justicia ante el timo y el robo sufrido por más de 27 años a los trabajadores.