Laja-Bajío

Ganan alumnos de Comonfort concurso nacional en narración indígena

Estudiantes de Comonfort, ganaron en el 19º Concurso Nacional “Las Narraciones De Niñas Y Niños Indígenas Y Migrantes” 2018. 

En la ceremonia se presentó una obra de teatro por parte de alumnos de Comonfort, el mensaje central de los docentes fue realizado por una maestra de Comonfort y la lectura de la narración fue por una alumna de Comonfort. 

 

En el estado de Guanajuato se atiende a la población indígena en 8 distintos municipios, de las 42 escuelas del programa, la población escolar atendida en el ciclo escolar 2017 – 2018 es de 3,085 niños y 3,112 niñas, en total 6,197 estudiantes en las escuelas de educación indígena de la entidad, todos los alumnos pueden participar con el apoyo de sus profesores si así lo desean. 

 

En esta ocasión la participación en el 19° Concurso Nacional de las Narraciones Indígenas con textos escritos con apoyo de los maestros hablantes de lengua fue de 25 estudiantes, quedando como ganadores 4 niñas y 1 niño. 

Este triunfo de cinco estudiantes de la entidad se suma a los logros alcanzados en el rescate de la lengua Hñohño variante de Guanajuato. 

El uso de las lenguas maternas es un componente esencial de la educación de calidad, que es la base para empoderar a las mujeres y a los hombres y a sus sociedades. Debemos reconocer y promover este potencial de las lenguas para no dejar a nadie rezagado y construir un futuro más justo y sostenible para todos. 

 

El estado de Guanajuato comprometido con el rescate y fortalecimiento de las lenguas indígenas, participa año con año en el Concurso Nacional de Narraciones Indígenas que convoca la DGEI Dirección General de Educación Indígena, en donde niños con el apoyo de sus profesores elaboran textos que contengan la riqueza y particularidades propias de su pueblo y cultura. 

Ganadores del  19° Concurso Nacional de Narraciones, por Guanajuato: 

-Marcela Rosales Angeles, “A MIS ANTEPASADOS LOS SIENTO EN EL CORAZÓN”, Comonfort, El Potrero. Docente: Aurea de Santiago Sánchez 

-Jesús Lizbeth Guevara García, “EL SEÑOR TRAVIESO”          Comonfort, Ojo de agua del Potrero. Docente: Laura Álvarez Martínez 

-Antonio Enrique Rico Osegueda, “SOY HÑÖHÑÖ”, Comonfort, Ojo de agua del Potrero. Docente: Laura Álvarez Martínez 

-Paola López Rico, “ME SIENTO ORGULLOSA DE SER HÑÖHÑÖ”, Comonfort, comunidad Rosales. Docente: Heriberto de Santiago Sánchez 

-Paz Alondra Ruiz Sánchez, “UN ORGULLO SER INDÍGENA”, Comonfort, Agua Blanca. Docente: Eusebio Velázquez Cristóbal 

 

El estado de Guanajuato participó en esta ceremonia con 2 intervenciones relevantes, en la primera la alumna Marcela Rosales Ángeles leyó la narración con la cual resultó ganadora: “A mis antepasados los llevo en el corazón”, dentro de la temática “Soy indígena y me emociona”; este relato habla de un pueblo que debido a su historia de maltrato y sufrimiento, había olvidado las buenas costumbres conocimientos y valores de su pueblo, pero una noche los antepasados se manifestaron en los sueños de los otomíes, tristes y enojados con sus descendientes por haberlos olvidado, pero al llegar el Día de Muertos los otomíes pusieron un altar para sus ancestros, ahí platicaron con ellos, les pidieron perdón por haberlos olvidado y prometieron siempre tener presentes sus enseñanzas y no cambiar su cultura por otra, desde entonces el recuerdo de sus antepasados se quedó en el corazón de cada persona del pueblo otomí. 

Al finalizar su lectura, Marcela Rosales Ángeles, concluyó diciendo: “Por eso yo me siento orgullosa de saber esta lengua, porque así siento a mis antepasados en el corazón y quiero que ellos se sientan orgullosos de mí por seguir sus enseñanzas”. 

 

La segunda participación se llevó a cabo con profesores y alumnos de distintas entidades, consistió en un cuento escenificado llamado “El señor travieso”, también bajo la temática “Soy indígena y me emociona”. Es un texto escrito por Jesús Lizbeth Guevara García, también ganadora del estado de Guanajuato; trata de un señor que se encuentra con un alicante y se dedica a molestarlo y enojarlo hasta hacerlo enfurecer, para luego irse a su casa y dejar ahí al animal. Al día siguiente se escuchaba mucho ruido fuera de la casa del señor, era el alicante que había ido a perseguirlo, porque en el pueblo otomí sabemos que los animales siguen el rastro de quienes los molestan. “Por eso los otomíes respetamos a los animales”.