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El incremento en desapariciones, un fenómeno delicado que se suma violencia que se vive en la entidad

El aumento de desaparecidos en la entidad es un fenómeno derivado de la violencia delictiva y social; no se trata de una “moda cultural”: afecta especialmente a hombres y mujeres jóvenes y se da en el marco del incremento de personas secuestradas y asesinadas en la entidad.

 

El presidente del Comité Ejecutivo Estatal (CEE) del Partido de la Revolución Democrática (PRD), Baltasar Zamudio Cortés, indicó que la información generada por el Registro Nacional de Personas Extraviadas y Desaparecidas (RNPED), en el sentido de que en los últimos dos años se has incrementando en un 232 por ciento las denuncias por desaparición en la entidad.

 

Contrario a lo que considera el ejecutivo del estado, en el sentido de que las desapariciones obedecen a situaciones de índole personal y familiar o, como también se señaló, se trata de “ausentes” o “no localizados”, señaló el dirigente perredista, los números se vinculan con estadísticas relacionadas con la violencia delictiva.

 

Información difundida en medios informativos estatales indica que se pasó de 59 personas desaparecidas en 2014 a 196 en 2016; en lo que va del año hay 17 denuncias por desaparición. Los datos señalan que el mayor número de casos se concentran en León y Celaya, coincidentemente las locaciones con mayores índices de homicidios y de violencia delictiva en general, destacó Zamudio Cortés.

 

Lo anterior significa, agregó, que hay una vinculación estadísticamente sustentada entre desapariciones y hechos delictivos. En este contexto, aseveró, afirmar que las personas extraviadas o desaparecidas están involucradas en conflictos emocionales o han migrado de la entidad o que se trata de “ausentes” o “no localizados”, dijo que “es temerario e irresponsable”, no puede y no debe calificarse a priori todos y cada uno de los casos concretos, destacó.

 

Asimismo, los datos difundidos indican que la mayor parte de las víctimas son mujeres entre 13 y 25 años y hombres entre 26 y 49 años; las primeras encajan en el cuadro de edades predominantes en delitos como la explotación sexual y los segundos en la ejecución a manos del crimen organizado. Son números que deben llamar a la reflexión y no a la justificación, sostuvo.

 

Zamudio Cortés demandó al gobierno del estado dejar de asumir una “política de avestruz” o de al menos pretender minimizar; como en todos los temas de seguridad pública, dijo, el gobierno del estado debe asumir con responsabilidad el seguimiento de denuncias y la búsqueda de personas desparecidas, concluyó.