Opinión

EL EXTRAÑO INCIDENTE DE UN PERRO A MEDIANOCHE

Jeremías Ramírez Vasillas

El perro de la señora Shears aparece muerto a media noche atravesado por un bieldo (una especie de tenedor gigante que se usa para apilar la paja). Christopher, su joven vecino, al principio cree que duerme, pero cuando se acerca se da cuenta que está muerto.

Christopher es un joven autista que se presenta a sí mismo en el capítulo tres: “Me llamo Christopher John Francis Boone. Me sé todos los países del mundo y sus capitales y todos los números primos hasta el 7,507”. A Christopher le gustan los esquemas, decir y exigir siempre la verdad, pero odia el amarillo y el marrón (por ello no come alimentos de estos colores), no tolera que lo toquen. Y cuando alguien lo hace, se pone agresivo. Su autismo le dificulta relacionarse con la gente, sobre todo si son desconocidos. Además, sigue rutinas establecidas para sentirse seguro, pues le tiene pavor a lo incierto.

Pero el autismo, a la vez, le otorga algunas virtudes como la capacidad para explicar la teoría de la relatividad o la formación de las galaxias y conocer bien las constelaciones, además es un matemático superdotado que puede resolver ecuaciones complejas con facilidad, y siempre (o casi) dice la verdad.

Cuando descubre muerto al perro de la señora Shears (la señora vive prácticamente frente a su casa), lo abraza compasivo y así lo encuentra la policía quien cree es el causante de la muerte del perro, y Christopher no sabe explicar el hecho. Cuando el policía, quien no sabe quién es Christopher ni su problemática, lo toca, éste reacciona violentamente y golpea al policía, y se lo llevan detenido. Su padre lo rescata. De vuelta en su casa se propone descubrir quién mató al perro, y para ello, intenta utilizar las tácticas de su detective favorito: Sherlock Holmes.

Coincide con esta muerte que su madre desaparece. Su padre le dice que su adre estaba enferma y que tuvo que llevarla a una clínica, y que ahí ha muerto. Christopher no entiende, pero acepta lo que le dice su padre, pues cree que su padre nunca le miente. Cuando su padre se entera de sus pesquisas le prohíbe que siga con su investigación, pero inevitablemente le va llegando información, la cual va registrando en un cuaderno con la idea de hacer un libro. La señora Alexander (otra vecina) le cuenta que el marido de la señora Shears y su mamá tenían una amistad muy, muy estrecha. Christopher le pregunta que si tenían relaciones sexuales y la señora Alexander le contesta que sí.

Su padre descubre el cuaderno y lee las declaraciones de la señora Alexander y se enoja. Le confisca el cuaderno y lo esconde. Pero Christopher quiere su cuaderno y lo busca en el cuarto de su padre. En su búsqueda descubre las cartas que su madre le ha enviado pero que su padre no le ha entregado. En esas cartas se entera de que su madre está viva y que reside en París con el señor Shears.

Su padre, a su vez, descubre que ha encontrado las cartas, y le confiesa que él mató al perro. Christopher se espanta. Si su padre fue capaz de mentirle y matar al perro, también a él lo puede matar. Y asustado, huye y va en busca de su madre a París en una arriesgada aventura para un joven con sus limitaciones.

El libro es sumamente encantador y en pocas páginas nos vamos enganchando con el personaje y vamos entendiendo su forma de ser, cuyas limitaciones van generando situaciones de tensión, muy emotivas y, a veces, divertidas, particularmente cuando va a París, en cuyo viaje milagrosamente va sorteando los obstáculos.

El libro es sumamente peculiar, y al inicio desconcierta. El primer capítulo está numerado con el 2, pero el siguiente capítulo tiene el número 3. De pronto uno piensa que el libro está incompleto, pero el tercer capítulo tiene el número 5, y luego el 7 y los que siguen son: 11,13, 17, 19. Y es hasta el capítulo 19 (que en realidad es el 8) que descubrimos que esa peculiar forma de capitular corresponde a los números primos.

Pero esta no es la única singularidad, sino además hay gráficos y dibujos, logos, ecuaciones matemáticas, que van ilustrando la narración y aclarando aspectos que requieren una expresión visual.

Una pregunta surge cuando vemos con sorpresa que el autor ha recreado el mundo y la mente de un joven autista con mucho realismo. ¿Cómo le hizo el autor para recrear ese mundo tan peculiar? El autismo se hizo del conocimiento público con la película Rain Man (Barry Levinson, 1988), una película taquillera protagonizada por Dustin Hoffman y Tom Cruise.

Al investigar sobre Mark Haddon, encontré que trabajó durante un tiempo con personas con deficiencias físicas y mentales. Entonces entendemos que de ahí salió el argumento de su libro, donde logra recrear muy verosímilmente ese mundo de los autistas. Luego encontré que tiene una interesante trayectoria como escritor, y que es autor de muchos libros infantiles y libretos televisivos.

Mark Haddon nació en Inglaterra en 1963, y este libro (su primera novela) es un homenaje a los autistas y nos ayudan a entender que tan complicada es la vida para ellos, y que, además, cada uno de nosotros, que nos creemos sanos y normales, compartimos varias afecciones de los autistas, pues tenemos también miedos irracionales, por ejemplo, a lo desconocido y buscamos refugio en nuestra zona de confort.

Es un gran libro, ameno, divertido, ilustrativo, humano, intenso, características que catapultaron su éxito en 42 países, con 5 millones de ejemplares vendidos. No soy proclive a los betsellers, pero en este caso, vale muchísimo la pena.