Opinión

DOBLE O NADA

INMORALIDAD A LA CARTA

Por: José Luis Ramírez

Existe en nuestro país un generalizado rechazo a los partidos políticos, y claro, al gobierno por igual. Eso es natural. Al año 2017, los partidos habían recibido 66mmdp, solo de recursos federales, además de los privilegios que gozan cuando son Senadores y Diputados, o funcionarios públicos.

El baño de dinero con el que adornan sus vidas es una de las facetas, la otra es el abuso, el robo y la corrupción, y finalmente, la más vejatoria a una sociedad como la nuestra: la impunidad de la que gozan.

Esta impunidad ha sido blindada, la Ley ha sido retorcida de manera calculada para evitar el castigo penal o administrativo. Son juez y parte en un sistema político hecho de complicidades y cinismo.

Si bien es cierto, que en la mayoría de los casos, no hay castigo penal o administrativo, la sociedad genera un rechazo social, y una condena social a quienes han traspasado la barrera de la moral y la ética. Antes de iniciar el proceso electoral, el 69% de los mexicanos desaprobaba al presidente Enrique Peña Nieto, y el 72% manifestaba su repudio al PRI. El resultado, la derrota total en las urnas, y el repudio a EPN y su familia en la calle.

Pasar por alto el juicio moral de la ciudadanía, es lo mismo que cruzar a nado en tiempo de lluvias, el rio Laja. La moral y la ética, para estos aludidos, desde hace tiempo, pareciera que son adorno de carnaval. La Ley, que les permite pasar por alto estos dos valores, no los exime del repudio social.

El caso de Jorge Armengol, ahora exdirector jurídico de Jumapa, es muy ilustrativo del cálculo y la frialdad de los servidores públicos para beneficiarse sin afectar ni el acento a la Ley. Como usted sabe, dicho funcionario, había sido Síndico en el trienio 2003-2006 con José Rivera Carranza; del 2006 al 2007 fue director de Fiscalización, con Gerardo Hernández Gutiérrez; del 2007 al 2008 trabajó en la PJG, y en los años 2009 al 2013 laboró en la Secretaría de Finanzas del Estado. Ha ido sumando liquidaciones dentro del gobierno municipal y estatal. Su habilidad para ir de un cargo a otro es innegable.

Del 2013 a estas fechas, laboró como Director Jurídico de Jumapa, dentro de las administraciones de Ismael Pérez Ordaz, y del famoso ciudadano Lemus. En este proceso electoral formó parte de la planilla de Elvira Paniagua para competir por la presidencia municipal. Pidió permiso a Jumapa para hacer campaña electoral y se le otorgó. Una vez transcurrida la elección, y al ganar su planilla, regresa a Jumapa para pedir permiso por tres o seis años, mientras asume y desarrolla la labor de Síndico del Ayuntamiento.

Parece esta una historia vieja, pero no lo es. Déjeme contarle. Como Jumapa –eso dice la Ley- debe otorgarle permiso, Armengol lo solicita, pero en Jumapa donde ha sido un funcionario de primera línea por cinco años, consideran, que dada la ausencia por tanto tiempo, es mejor despedirlo. Desde luego, el juicio moral, y la indignación de los celayenses al saber esto, no fue menor. Se le despediría con una liquidación superior a los 300 mil pesos. Y solo cambiaria de lugar y función dentro de la administración municipal. Hábil y buen conocedor de los caminos torcidos de la Ley, hizo su agosto.

Fernando Savater, este brioso y no pocas veces polémico filosofo contemporáneo, dice sobre la ausencia de una conducta ética, te “encierra o te entierra”. Hay quienes piensan que los valores éticos y morales, son en esencia asuntos personales, pero en sociedad, y sobre todo tratándose de asuntos públicos, no hay límite. La sociedad impone castigos morales, la sociedad expresa su repudio a conductas que lesionan el interés y los bienes públicos.

La transgresión de los valores éticos y morales a lo largo de la historia, ha sido condenada. La severidad en los castigos nunca fue menor, incluso con la pena de muerte, y hoy la vemos en países del Oriente, sobre todo cuando lesionan el bien común. A propósito de este tema, déjeme contarle de manera resumida, una historia de la tradición oral china: Chan, era un ladrón de la comarca, y le gente le reclamo; Chan, todos los días te robas un pollo, eso no está bien. Chan, sorprendido y arrepentido, le respondió, está bien de ahora en adelante, solo me robaré uno al mes.

El cinismo, es en esencia uno de los comportamientos que hoy observamos en el medio político. No les asusta nada, no los limita nadie, y si la Ley les permite gozar y bailar a costa del prójimo y del próximo, y como en el cuento, bien pueden robar un pollo al mes, al fin y al cabo, pollos sobran. Pero al final del día, la sociedad harta, pasa del rechazo moral y social, al repudio físico, a la violencia verbal y física, como ahora lo empezamos a ver en las calles. Hay que evitar que la inmoralidad y la falta de ética se vuelvan una costumbre, hay que mirar a futuro e intentar corregir los renglones torcidos y contradictorios de la Ley.

Revolcadero.

La maldad no se elige: la llevamos dentro. Por eso oponerse a ella constituye un refinado acto de libertad. Andrés Neuman (Buenos Aires, Argentina 1977)