Opinión

DOBLE O NADA

Por: José Luis Ramírez

Los jóvenes y la satanización de la política

Nuestra experiencia individual y colectiva en el tema político es de hartazgo, y confusión. Los seudopoliticos han satanizado la actividad social para alejarnos del gobierno. Su acción es muy simple, hacernos creer que la política es podredumbre, y mantenernos sedados por tres años. Mientras tanto, ellos hacen y deshacen con la administración pública para beneficiarse a manos llenas. Lo sabemos y lo dejamos pasar.

En este periodo electoral he visto dos historias que se han desarrollado día a día de manera muy especial. Tienen que ver con las candidaturas independientes, y con ellas, la figura de dos hombres de dos distintas generaciones, Mario Hernández candidato a la presidencia municipal de San Miguel de Allende, y Javier Mendoza Márquez también candidato independiente, pero a la presidencia municipal de Celaya. Hoy me referiré al segundo.

A Javier Mendoza Márquez, lo conocí personalmente hace un par de meses, me sorprendió su claridad y su cautela. Fue una reunión breve, en compañía de otros amigos. Observé su calculada mesura, y su neutra cortesía. Platicamos sobre las candidaturas independientes y su futuro, pero también sobre una nueva ruta de la independencia política. No hubo más.

Antes de esa plática que menciono, había escrito en mi columna sabatina una percepción sobre su candidatura, y su pasado político. Mi apreciación no fue condescendiente, como no lo fue después para las demás candidatas. Eran esos días en que él, estaba en la búsqueda de su registro electoral, y lo logró. El número de adhesiones a su candidatura, fue similar al que cubrieron los partidos políticos -en la elección anterior- para colocar un regidor en el Ayuntamiento. No había improvisación, me sorprendió la pulcritud, no hubo una sola firma bronca.

Días después de obtener su registro oficial, hubo una segunda reunión con un pequeño grupo de periodistas y amigos. En esa reunión tuvimos la oportunidad de conocer a la mayoría de su planilla, fue un gesto de cortesía política , que no esperaba. La mayoría eran jóvenes, con una formación académica de muy buen nivel, pero además, cada uno de ellos tenía tras de sí, un trabajo social muy arraigado desde su niñez y juventud. No era una planilla de políticos huizacheros, eran ciudadanos con una frescura política admirable.

Javier, parecía el patriarca en medio de esos jóvenes, pero cuando cada uno de ellos hablaba se podía advertir que ellos eran la fortaleza, y él, si acaso su mentor. Al final de las presentaciones y de las ideas cruzadas, con la timidez que ameritaba ese encuentro, habló Javier. Me impresionó su claridad, su organización de ideas, y de pronto vi emerger un líder político que no esperaba. Si bien esa reunión era para una charla privada, el tono de Javier fue transformándose en un discurso político. Me pregunté, ¿por qué ese hombre se perdió 30 años en volver a aparecer? ¿Por qué la ciudad dejó en su casa a este líder político?

En esos 30 años que él desapareció de la vida política, yo tuve la oportunidad de ver crecer y caer a decenas de políticos. Son cinco sexenios, cinco procesos presidenciales, y durante ellos estuve cerca y lejos de los discursos de la derecha, la izquierda, el centro, y los extremos ideológicos. Javier, es una rara avis de estos parajes desolados de la política.

Lo volví a ver en el Foro de arte y cultura con su reposada sencillez, y cumpliendo su palabra comprometida para ese evento. Nos escuchó, lo oímos; las otras seis candidatas hicieron lo propio, hablaron y las escuchamos, y nos oyeron. No fue un debate, fue un encuentro cordial, en donde las ideas se pusieron sobre la mesa para retomarlas después del día de la elección. Ese día presentamos un plan para llevar la cultura a todas las comunidades y localidades del municipio, y Javier no se arredró, ni lo pensó dos veces, lo aceptó y dijo que lo hacía suyo. Ya no hizo propuestas, y su tiempo lo utilizó para hablar sobre los problemas, y las soluciones que necesita la ciudad.

Esa tarde que platicábamos con todo su equipo, yo escrutaba en los ojos de cada uno de ellos, la duda o la ambición vulgar de los políticos, y no la percibí.  Quise ir mas allá, y les pregunte de manera enfática: ¿Y si pierden se van a regresar a su casa, o seguirán trabajando para cumplir lo que hoy están ofreciendo? Vi el rostro y los ojos de esos jóvenes, y les interrogué con la mirada. Me contestaron, ¡Vamos a seguir!

El día viernes que se realizó el Foro, hablamos de proyectos culturales. Los siete candidatos recibieron una carpeta de esperanzas incompleta, faltaban más, muchas más, pero fue el momento para pedirles que después de la elección no se fueran a su casa, qué se quedarán haciendo política, para volverla a su lugar aristotélico, a su sitio correcto, que es la búsqueda del bien del pueblo. Vi rostros confundidos, pero encontré algunas miradas decididas, pensé, no todo está perdido.

En este oficio de escribir, tratamos de tomar distancia, de buscar los datos duros, de objetivizar nuestras opiniones, y no siempre lo logramos. De cierto modo, lo que hacemos es una especulación con ciertos fundamentos -eso nos aleja del oficio de notarios, o de cronistas pegados al mejor pastor-, es decir, y ya lo dije una vez, “herramos como humanos”.

En descargo de mi subjetividad, que yo mismo increpo, le digo algo muy puntual, Javier Mendoza obtuvo 12 mil firmas para lograr la candidatura, otros intentaron lo mismo sin mayor éxito. De este modo, llegan a la elección con una carta de presentación impecable, o sea, sin el fardo mafioso de algunos partidos políticos.  Todas sus propuestas programáticas, fueron medidas y equilibradas, no hubo improvisación, si bien es cierto, no son la panacea de frente a una realidad muy cruda, sí son el punto de partida para darle alivio a la ciudad.

La llegada a la competencia electoral como candidato independiente, es un dato medular para entender la reacción de apoyo de la gente. Debo decirle, que Javier, es el único candidato que logró cubrir todas las casillas en donde se recibirá la votación el próximo primero de julio. Estos datos, apuntan hacia una ciudadanía que tiene la intención de colaborar para dejar atrás a este mal gobierno. Hay 350 mil ciudadanos que tienen el poder de darle un giro a la administración municipal, si salen a votar. De esta manera se terminarían 20 años de “mando único” panista; veinte años que nos han dejado las calles llenas de miedo y sangre.

Pensar en la posibilidad de continuar con la misma marca política, literalmente lo digo, es un suicidio. No se trata de filias o fobias, es observar con sentido común que Elvira Paniagua, pertenece al mismo equipo que gobernó durante los últimos seis años el Estado. Y en ese tiempo no hubo una solución correcta al crecimiento desmesurado de la delincuencia y el crimen. Bueno, ni siquiera sabemos si tuvieron la intención de buscarla. En ese sentido, por qué tendríamos que pensar que tiene la capacidad de enfrentar un problema, que hoy nos agobia y nos arrincona.

 

Sin lugar a dudas,  para buscar soluciones posibles hay que salirse de la pecera, buscarlas en el mismo frasco en donde no se encontraron por seis años, es una pérdida de tiempo. Hay que moverse.  Salga a votar, la otra mitad de la solución es usted.

Revolcadero. No invoco las armas como una solución, porque es el pueblo quien paga con lágrimas, las flores y los sepelios.