Celaya

Del reciclaje al juguete, exhibición de juguete artesanal

Celaya, Guanajuato.-  Pregunta de una clienta: ¿Y cuánto cuestan las ollas? ¿Y estas mesitas cuánto? Socorro Briones (artesana) – 15 pesos  y 100 pesos- . Clienta ¿De qué están hechas? Socorro- todo es reciclaje  se usan latas de atún, tapas de jugos, en sí casi todo lo que sea metal, todo lo que encontramos a nuestro paso y que pensamos que es basura lo reutilizamos- .

  Esta es la conversación   de la artesana Socorro  Briones  con los visitantes,   ataviada  con el traje típico de Celaya,  les explica brevemente  de qué están hechas las cazuelas, platos, vasos, comales, escobas, floreros y demás utensilios que forman parte de una cocina, que ella y su familia elaboran.

 Exhibe su trabajo en el portal de la Casa de la Cultura de Celaya, con motivo del Festival de los Pueblos Indígenas,  que se lleva acabo hasta el 12 de agosto y  uno de sus objetivos es dar a conocer  un poco del trabajo de artesanas y artesanos de nuestra región.

La ocasión se presta para platicar con Socorro Briones, madre de  dos pequeños, uno que cursa la secundaria y otro la primaria,  quien junto con su esposo ha  decidido  trabajar el arte del juguete en miniatura,   desde hace 17 años. Su incursión se debe al padre de su esposo a quien le gustaba elaborar  piezas  con hojas de metal, sin embargo debido a la baja demanda y a la inexistencia de materiales  en el mercado, ahora su fabricación es a base de  material de reciclaje.

     “Muchas veces lo compran personas grandes para los niños porque se acuerdan de los juguetes que habían antes, con los que ellos jugaban o me lo compran para adorno para ellos, a los niños ya casi no les gustan estos juguetes, muchas veces las abuelitas son las  que traen a los niños para que los conozcan”- dice Socorro acompañada por su pequeño hijo de primaria, a él le   gusta leer y  participar en la elaboración y venta de aretes típicos-.

Socorro es oriunda de Tierra Blanca, Celaya cuenta que su vida en el comercio de la artesanía ha sido difícil ya que sus ventas eran en ferias lejanas o en el mismo municipio, con poca ganancia y mucho trabajo  sin embargo desde  la apertura de Casa de la Cultura para permitirles vender una vez al mes su situación ha cambiado “La verdad antes estaba yo muy pobre, y desde que nos dieron permiso de vender aquí estamos mejor, ahora ya hasta fui a México, cuando yo ni conocía”

La  pareja ha participado  en los concursos a nivel estatal de artesanías donde  han resultado ganadores gracias a su ingenio y creatividad.  Combinan su gusto por la artesanía con la venta de mercería en diversos tianguis de la ciudad. Orgullosa de su vocación y gusto por la tradición popular  expresa:

“Pues  yo voy por la calle y sé que a mi hijo mayor no le gusta, porque alzo una tapa de Jumex o algo de metal y me dice ‘Mamá ya vas a empezar’ y  le digo tu no me hagas caso hijo haz como que no me vez. Yo no quiero dejar que se pierda el juguete tradicional, primero fue la cartonería, luego lámina y después madera, ya lo de lámina se estaba perdiendo, somos contadas las personas que hacemos   la artesanía, mi trabajo es barato para que la gente lo compre”.

Su pasatiempo es hoy una pasión, que desea que perdure por más generaciones, y siga formando parte de la cultura, fomentando las sonrisas a través del juego y enriqueciendo la  tradición del juguete popular en la cultura mexicana.