Laja-Bajío

‘De un día pa’ otro me quedé sin nada’: migrante deportado de EU

Villagrán, Gto.- Vestido con una gorra oscura, un paliacate y unas ropas que ha conseguido en el camino, Marcos Rodrigo García Cantú sube a los camiones de la central camionera para pedir dinero y llegar a lo que unos años atrás fue su casa, ya que al vivir el embate de las políticas migratorias en Estados Unidos fue deportado la semana pasada.

Él es originario de Zihuatlán, Jalisco, y al subir a los camiones, enseña el papel que certifica su deportación a México, trae unos rosarios que el padre René en la diocesis de Saltillo, le dio para que los vendiera y de ahí obtuviera ingresos para poder llegar a su destino.

Marcos junto a sus hijos vivían California, y tenían en el país vecino una casa, su camioneta y trabajo como hojalatero, sin embargo, de un día para otro, perdieron todo su patrimonio.

“De un día pa’ otro me quedé sin nada, tenía una camioneta, mi casa bonita, vivíamos bien y de un día para otro el gobierno nos quitó todas nuestras cosas, esto poco que traigo me lo ha dado la gente”
Junto con sus dos hijos, se encuentra en las inmediaciones de la carretera panamericana consiguiendo lo necesario para sobrevivir. Cuenta que en la televisión han hecho anuncios exhortando a que mexicanos delaten a otros mexicanos a cambio de seis meses de trabajo, por lo que a él lo delataron.

“Haga de cuenta que en la tele están anunciando que si yo conozco familias mexicanas llamo a un número privado se puede decir y le ponga el dedo a la familia mexicana, los deportan y te dan seis meses para trabajar”.

“Me acaban de sacar el primero, hace unos tres, cuatro días y el gobierno federal, no en todas partes pero sí en algunas nos han ayudado con los pasajes para seguir adelante, estuvimos en Saltillo con el padre René, vienen dos hijos míos y están en el tope de Cortázar”.

Desde la campaña a la presidencia de los Estados Unidos, el ahora presidente Donald Trump ha impulsado propuestas para expulsar inmigrantes de este país, por lo que al entrar en funciones, busca cumplir la promesa de campaña en donde se habla de poco más de 11 millones de inmigrantes en el país del norte.

Sentado en las butacas de la sala de espera, guarda constantes silencios en su relato, trae solo dos mochilas con pocas pertenencias; dice que ya se logró comunicar con su esposa en Jalisco a la espera de la llegada de Marcos y sus hijos, no obstante, la travesía para regresar ha costado develadas, cansancio, falta de comida y  la impotencia de perder de un momento a otro el sueño americano.