Celaya, Gto.— En un llamado enérgico a las autoridades, el Obispo de la Diócesis de Celaya, Víctor Alejandro Aguilar Ledesma, exigió seguridad no solo para sacerdotes y periodistas, sino para toda la ciudadanía, en un contexto donde la violencia sigue cobrando víctimas.
Durante una conferencia, el prelado destacó que, a diferencia de líderes políticos y gobernantes, quienes cuentan con escoltas para proteger su integridad, los sacerdotes enfrentan la inseguridad únicamente con su fe en Dios y su protección divina.
El pronunciamiento del obispo ocurre tras la desaparición del sacerdote Francisco Núñez Martínez, quien viajaba de la Ciudad de México a Tarimoro, su comunidad asignada, y nunca llegó a su destino. Aguilar Ledesma urgió a las autoridades a realizar una investigación exhaustiva para esclarecer los hechos.
“Que con la inteligencia y los contactos que tengan, que hagan la investigación pertinente, porque hay cosas que a nosotros no nos alcanza ni la fuerza, ni la vida, ni los recursos. Entonces, pues es lamentable que sigan sucediendo estas cosas en nuestro país, en nuestro estado”, expresó.
Asimismo, lamentó que la inseguridad haya alcanzado niveles alarmantes, afectando tanto a la población en general como a líderes religiosos, quienes también han sido víctimas de robos y ataques en sus propias parroquias.
“Necesitamos garantías de seguridad, no solo para sacerdotes y periodistas, sino para todos los ciudadanos. Las autoridades y el estado tienen el deber de hacerlo”, subrayó.
Respecto a la desaparición del sacerdote Núñez Martínez, el obispo informó que existen testigos, aunque por el momento no se han revelado detalles para no entorpecer el proceso.
“Nosotros lo que sabemos es que desapareció y hay testigos que vieron alguna cosa u otra, pero de alguna manera no se quiere mencionar nombres ni situaciones para no entorpecer la investigación. Esperamos que la Fiscalía dé a su tiempo los resultados y ojalá que sea pronto”, agregó.
Finalmente, Aguilar Ledesma lamentó la vulnerabilidad en la que se encuentran tanto sacerdotes como ciudadanos ante la delincuencia.
“Todos tenemos que rifarnos la vida a pelo, no podemos nosotros cuidarnos así, lo único que podemos es hacer el bien, pedirle a Dios que nos cuide y hacer lo mejor que podamos nuestro trabajo”, concluyó.
El llamado del obispo refleja la creciente preocupación por la crisis de seguridad en el país, mientras la comunidad católica y la sociedad en general exigen respuestas ante la impunidad y la violencia que persiste en Guanajuato.




