Opinión

Saliendo por la puerta de atrás

Daniel Nieto Martínez

El día de ayer varios ciudadanos a través de la plataforma Change.org decidieron pedir que  firmaran la petición para que el hoy síndico electo Jorge Armengol y ex director de JUMAPA recibiera su liquidación por dejar de ser director jurídico e ir a desempeñar su cargo como síndico que el mismo aceptó, cabe señalar que hizo campaña sin pedir licencia y con goce de sueldo, razón que indignó a los celayenses y pidieron que renunciara a dicha cantidad.

 

La pregunta si realmente debiéramos de entrar en  la disyuntiva de aplicar lo legal o lo éticamente correcto, lo ideal sería que se aplicaran ambas al mismo tiempo y sin necesidad de estar exigiendo a través de firmas ciudadanas el buen actuar de los políticos.

 

Desde el momento de aceptar el proyecto y formar parte de la planilla y de la campaña de la hoy presidente municipal electa Elvira Paniagua, Jorge Armengol debió haber  pedido licencia para poder enfocar sus esfuerzo en el proyecto en el que participaba, y es que en este proceso electoral muchos de los servidores públicos salieron a hacer campaña en horarios laborales con los candidatos a diferentes cargos del partido en el poder,  y si se trata de aplicar estrictamente lo legal, utilizar recursos del estado, ya sea humanos o materiales si es contrario a la ley y razón suficiente para dar salida a los funcionarios de su cargo sin despido justificado alguno. Ahora bien en el caso mediático de Armengol su ambición y tal vez corrupción han triunfado sobre la decencia y  la ética. Han utilizado el marco legal, el sistema y su posición para sacar una ventaja económica desde mi punto de vista indebido.

 

Si analizamos con detenimiento el caso en realidad no lo están despidiendo injustificadamente, el ha tomado la decisión de participar en un cargo de elección popular dentro de la misma administración, prácticamente se está reubicando en una posición distinta, y si bien JUMAPA por su naturaleza jurídica es un organismo descentralizado de la administración pública, con personalidad y patrimonio propios, es parte de la administración publica, por tanto si no saliera, estaría obligado a renunciar o se pudiera despedir de manera justificada después de algunas ausencias a su encargo, la ética nos dice que debería renunciar a un cargo para asumir el cargo que le fue “confiado” por la ciudadanía. El no querer perder su posición privilegiada en JUMAPA, lo llevó a pedir licencia para asegurar su trabajo con miras a la reelección, misma que se debería de dar únicamente si desempeña un cargo de manera digna y adecuada como funcionario. Incluso renunciar voluntariamente es una forma de iniciar con el pie derecho en su nuevo encargo, por el contrario, todavía no inicia la nueva administración y ya va a estar marcado por el resto de la administración y arrastrará este inconveniente a lo largo de los próximos tres años, pero como podemos ver no les importa en lo más mínimo y no pierden la oportunidad de sacar provecho de su posición, cuando a muchos funcionarios los despiden sin dar un peso de finiquito, personas que si fueron despedidas injustificadamente por no favorecer a sus intereses.

 

La ley debe aplicarse igual para todos en aras de velar con la justicia, pero desafortunadamente en diversas ocasiones la justicia es lo más alejado de la ley y no se diga la ética, porque pareciera que fuera el requisito fundamental es carecer de ella para participar en el sistema. Parece que no aprenden la lección esa es la razón fundamental por la que ganó Andrés Manuel, porque los ciudadanos estamos hartos de este tipo de prácticas, porque no existe la decencia ni la dignidad política, ni el interés de poner el interés privado frente al interés público.

 

En las condiciones como lo plantearon que me  parece una jugada bien planeada, pero una absoluta falta de respeto a los ciudadanos que le confirieron la confianza para ser síndico. En ese sentido lo legal de acuerdo a la maniobra realizada es pagar la liquidación completa a Armengol, pero tiene en sus manos la oportunidad de demostrar dignidad y ética y firmar la renuncia de su encargo anterior, como lo hacen todas las personas cuando deciden cambiar de trabajo, y es que cuando sales de una empresa para ir  otra no te dan la oportunidad de pedir licencia por si no te va bien y menos te despiden injustificadamente puesto que es la decisión de la persona el abandonar el lugar de trabajo y de ninguna manera los patrones lo permitirían, pero como no es su dinero y en una de esas reciban un beneficio de esta salida, facilitarán lo necesario para que cobre su jugosa liquidación.

 

Creo que hoy tenemos enfrente la oportunidad de cambiar la forma de hacer política, la forma de elegir a nuestros gobernantes y de exigir lo que nos corresponde como ciudadanos, no se trata de ser la piedra en el zapato, por el contrario sumar con aquellos que tienen la “voluntad” de servir desde los cargos públicos y del mismo modo exigir que se conduzcan con la ética y la decencia que la política exige y obliga.