Opinión

Detrás de la corrupción

Daniel Nieto Martínez

Todos escuchamos todo el tiempo que la corrupción es el problema más grande, todos los políticos prometen que van a terminar con la corrupción, y es un tema tan trillado que ya hasta nos parece común, achacar todos los problemas de la sociedad a la corrupción, a los políticos corruptos y todos los problemas giran en torno a ella, pero nadie dice “yo no voy a ser corrupto”.

 

¿Qué hay detrás de la corrupción? pareciera que esta palabra se ha convertido en la excusa perfecta para todos nuestros males, y que cuando algo sale mal, siempre puede ser el pretexto perfecto para salir del problema; “si no se termina una obra es por la corrupción,  si hay inseguridad es por la corrupción,  si fracasamos en los deportes algo de corrupción podemos encontrar”, y no es que no sea cierto, en efecto el gran cáncer de nuestro país, como el de muchos otros es la corrupción y no de ahora sino a lo largo de todos los tiempos porque el ser humano naturalmente pareciera ser corrupto. Pero nunca nos preguntamos el por qué y el cómo solucionarlo, y realmente hay muchas personas que afirman y no están lejos de la verdad que “nunca se va a acabar la corrupción” al contrario pareciera que cada vez el problema se hace más grande.

 

Desde mi punto de vista muy particular, este fenómeno se da porque el hombre siempre tiende a buscar dos cosas principalmente: obtener un beneficio personal, y por otro lado el camino más sencillo para conseguirlo. Este es realmente el origen de la corrupción, bien personal más flojera igual a corrupción. Y aquí brincaran algunos y dirán, en dónde dejas los valores, la ética, la integridad, la honradez y tienen razón el primer paso para empezar a combatirla es trabajando los principios morales, los valores cívicos y fomentando una ética integra en todos y cada uno de los ciudadanos.

 

Pero esto resulta sumamente difícil cuando se trata de enfrentar al sistema. Todos, sin excepción hemos cometido en algún momento de nuestras vidas un acto de corrupción, y muchas veces en prácticas que incluso hemos normalizado las conductas, con los agentes de tránsito, cuando tenemos que lidiar con la burocracia, cuando vendemos o compramos el voto, cuando se quiere ganar una licitación y se quiere sacar ventaja y una infinidad de situaciones en dónde muchas veces exhortamos a la otra persona a ser corrupta o en otras ocasiones ya es un acuerdo entendido previamente o existe una conducta normalizada, porque para ser corrupto siempre se necesitarán dos cómplices. Como podemos darnos cuenta, los corruptos no son los políticos, ni los que trabajan en gobierno, ni los demás, todos somos parte del problema y la única forma de atenuar al menos la percepción depende de cada uno de nosotros.

 

Ahora bien, hay determinadas medidas que si se pueden tomar  para combatirla y que disminuya, ya sea con incentivos positivos y/o negativos. En los negativos tenemos que incrementar la posibilidad de castigo y  poner sanciones ejemplares que inhiban el actuar del infractor.  Pero también podemos generar incentivos que nos generen un beneficio o un menor perjuicio,  por ejemplo utilizando la tecnología para facilitar los trámites burocráticos, la denuncia pública de los actos de corrupción a través de las redes sociales pero también el reconocimiento a las personas que no caigan en la tentación de estos actos. Estableciendo métodos eficientes del pago de las infracciones que hagan al ciudadano preferir reconocer su error y pagar la sanción a dar un dinero a un oficial “pal chesco”. 

 

Recuerdan que en las líneas anteriores les dije cual era la fórmula de la corrupción, pues el combate esta en invertir la fórmula y sumarle el ingrediente principal que son los valores, y para ello los padres deben predicar con el ejemplo, es decir si el ser humano busca naturalmente un beneficio personal,  sin esfuerzo, hay que facilitar la ecuación,  pongamos a su disposición los medios legítimos para obtener ese beneficio y pongamos sanciones ejemplares si decide el camino de la corrupción.

Por ejemplo si se va concursar para obtener una licitación, que tenga la certeza de que todos van a llegar en igualdad de condiciones y fomentar la transparencia para que realmente se esfuerce por lograr ganar y por ser el mejor y no por ser el compadre y llegar con una serie de acuerdos tras bambalinas con tal de obtener el contrato. Parece ser una utopía ya que el sistema está diseñado justo para que suceda lo contrario, pero entonces, no se vale quejarnos de algo de lo que somos parte y que muchas veces además fomentamos, si todos contribuimos y aportamos ideas de cómo facilitar el trabajo y encontramos alternativas viables que propicien los medios para que todo funcione de manera adecuada, obtendremos un cambión y si bien no la vamos a terminar, habremos disminuido considerablemente el cáncer que hoy nos ataca y nos esta consumiendo.

Me queda claro que no se terminará de un día para otro, pero nos toca participar y asumir que somos parte del problema y por tanto de la solución, hoy ya sabemos que hay detrás de la corrupción, destapémosla, denunciemos los actos de corrupción, no seamos cómplices, y exijamos las sanciones a los que incurran en ella, reflexionemos el daño que generamos los ciudadanos y a nuestra sociedad desde el acto más pequeño de corrupción por inofensivo que parezca y hagamos un compromiso  con nosotros mismos como ciudadanos de decirle al corrupto hoy NO.